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Este artículo fue curado por pulzo   Nov 1, 2025 - 9:35 am
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Los líderes de las 21 economías de la APEC (Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico) concluyeron en Gyeongju, Corea del Sur, dos días de debates centrados en el lema “Construir un mañana sostenible: conectar, innovar, prosperar”. La cita, marcada por la breve visita de Donald Trump y la presencia destacada de Xi Jinping, abordó la resiliencia económica, la cooperación tecnológica y la búsqueda de equilibrio entre las dos potencias.

Durante dos días de debates en Gyeongju, los líderes de las 21 economías que integran la APEC (Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico) quisieron centrarse en fortalecer las cadenas de suministro, impulsar la innovación digital y promover un crecimiento más inclusivo de sus economías.

Corea del Sur, anfitriona del encuentro, organizó la cita bajo el lema “Construir un mañana sostenible: conectar, innovar, prosperar”, con el propósito de proyectar un liderazgo regional basado en la cooperación tecnológica y en un delicado equilibrio diplomático entre Estados Unidos y China.

El presidente estadounidense Donald Trump realizó una visita relámpago, interpretada por varios observadores como un signo del limitado interés de Washington por los foros multilaterales de la región. En contraste, la presencia activa de Xi Jinping fue leída como un intento de Beijing por reforzar su papel en la defensa del libre comercio y de la estabilidad regional.

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Su intervención, centrada en la protección de las cadenas de suministro y en el rechazo al proteccionismo, estuvo acompañada de numerosos encuentros bilaterales. Para los analistas, esa implicación demuestra el esfuerzo de Beijing por fortalecer su influencia económica en un espacio históricamente dominado por Estados Unidos.

El encuentro previo entre ambos líderes, el primero desde 2019, acaparó la atención mediática. Se celebró el 30 de octubre y duró una hora y cuarenta minutos, sin declaración conjunta ni conferencia de prensa posterior. Desde el avión presidencial, Trump calificó la reunión de “genial” y adelantó posibles visitas recíprocas en 2026, interpretadas como un gesto de distensión entre las dos potencias.

Estados Unidos reducirá los aranceles a China, mientras Beijing retomará las compras de soya, levantará las restricciones a las exportaciones de tierras raras y se compromete a ampliar la cooperación antidrogas. 

De la apertura al realismo económico

Tras la partida de Trump, Xi permaneció en la cumbre, que reflejó una transición en la agenda de la APEC: de la liberalización comercial a la resiliencia económica.

Después de décadas centrada en abrir mercados y reducir aranceles, la organización prioriza ahora la estabilidad y la seguridad de los intercambios frente a las tensiones geopolíticas y los choques globales.

Los participantes destacaron la necesidad de una gobernanza responsable de la inteligencia artificial y de políticas que respondan al envejecimiento demográfico. Corea del Sur, con una de las tasas de natalidad más bajas del mundo, defendió el uso ético de las nuevas tecnologías para repensar la productividad y el mercado laboral.

En este contexto, su propuesta de crear la “APEC AI Initiative” fue bien recibida como mecanismo de cooperación regional para compartir buenas prácticas, garantizar la transparencia de los algoritmos y establecer normas comunes en materia de seguridad y protección de datos.

Una declaración prudente y un foro en transformación

La cumbre concluyó con una declaración conjunta que aboga por un comercio “resiliente” y una “prosperidad compartida”. Sin embargo, el texto no menciona ni el multilateralismo ni a la OMC (Organización Mundial el Comercio), lo que, según los analistas citados por el medio Korea On Point, evidencia la fragmentación del sistema comercial mundial.

Esa cautela marca un punto de inflexión: el foro deja de ser un motor de liberalización automática y pasa a ser un espacio de equilibrio entre apertura y protección.

Las crisis recientes – pandemias, conflictos y tensiones geopolíticas – han puesto de manifiesto los límites del libre comercio irrestricto. En consecuencia, las economías del Pacífico apuestan por la estabilidad, la sostenibilidad y la cooperación estratégica.

La APEC se consolida así como un mecanismo de gestión de interdependencias económicas y tecnológicas, en el que los países buscan reducir riesgos y hacer sus vínculos más previsibles. Según el Carnegie Endowment for International Peace, este giro refleja el surgimiento de un “realismo económico” que integra la resiliencia y la seguridad nacional en las políticas comerciales de la zona.

Corea del Sur y la diplomacia del equilibrio

Seúl, anfitriona del encuentro, aprovechó la ocasión para mostrar su habilidad en una diplomacia de equilibrio entre Washington y Beijing.

Al recibir a Xi Jinping sin descuidar los vínculos con Estados Unidos, Corea del Sur buscó reafirmar su papel de mediadora regional. Este doble anclaje, económico con China y estratégico con Estados Unidos, refleja la complejidad de la diplomacia surcoreana en una región donde los equilibrios, sobre todo geopolíticos, se redefinen, como su voluntad de preservar lazos con ambas potencias.

Según los analistas, en la actual Asia-Pacífico cooperar implica navegar entre dos polos de poder rivales pero interdependientes. Las reuniones bilaterales celebradas al margen de la cumbre confirmaron que la APEC funciona tanto como foro económico como plataforma diplomática.

Con Reuters, AP, Medios locales

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