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Este artículo fue curado por pulzo   Nov 22, 2025 - 11:05 am
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Aunque el texto de la COP30 publicado el sábado en la web oficial aún no ha sido declarado definitivo —porque no ha recibido la aprobación formal en plenaria—, plantea una pregunta central: ¿por qué no menciona de forma explícita los combustibles fósiles?

¿Qué sí aparece en el documento? Los grandes objetivos del Acuerdo de París: mantener el calentamiento global muy por debajo de los 2 ºC e intentar no superar 1,5 ºC.

Señala que el “presupuesto de carbono” compatible con 1,5 ºC casi se ha agotado, que las emisiones actuales no van en línea con esa meta y que, por tanto, es imprescindible reducir los gases de efecto invernadero, pero sin vincularlo de forma directa a un compromiso multilateral de abandono de los fósiles.

Sin embargo, los Estados deberán presentar nuevas contribuciones determinadas a nivel nacional más ambiciosas, de alcance económico global y alineadas explícitamente con el objetivo de 1,5 ºC.

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El texto insta a actualizar sus estrategias de desarrollo a largo plazo con bajas emisiones de carbono de aquí a mediados de siglo. Se destaca que las “transiciones justas” son importantes para que la descarbonización sea socialmente viable y equitativa. 

En el documento se pide triplicar la financiación para adaptación climática de los países en desarrollo durante los próximos diez años, cinco años más tarde que el borrador anterior. 

También hay un reconocimiento de que los países en desarrollo tienen dificultades para financiar sus planes nacionales y señala que la financiación para adaptación tendrá que aumentar.

Por ello se llama a escalar de forma significativa los recursos, en particular subvenciones y financiación concesional, y a reformar la arquitectura financiera multilateral para que el dinero fluya realmente hacia la adaptación y la resiliencia en esos países vulnerables. 

También prevé instaurar un “diálogo” sobre el comercio mundial, una novedad en las negociaciones climáticas, pese a que China encabeza la resistencia de los países emergentes contra los aranceles al carbono en las fronteras. 

El acuerdo anima a que todos los países presenten sus informes bienales de transparencia y respalda iniciativas específicas como la Baku Global Climate Transparency Platform, pensada para ayudar a los países en desarrollo a medir y reportar mejor sus avances.

Además, prolonga hasta 2026 el llamado diálogo de los Emiratos Árabes Unidos sobre la implementación de los resultados del balance mundial (global stocktake), con pistas de trabajo sobre mitigación, adaptación, financiación, pérdidas y daños, y cooperación internacional. 

Subraya la importancia de “detener y revertir la deforestación para 2030”, pero tampoco presenta una hoja de ruta.

El punto de inflexión 

La combustión del carbón, petróleo o gas, ampliamente responsable del calentamiento global, no fue mencionada en el documento. No se incluye una fórmula clara de salida o eliminación progresiva de esos combustibles, por lo tanto, no fija una solución explícita.

Las decisiones del pasado con respecto a este tema sonaban prometedoras. En 2023, los países se comprometieron por primera vez en la historia de las COP a “realizar una transición justa, ordenada y equitativa hacia la eliminación de los combustibles fósiles en los sistemas energéticos”.

Sin embargo, los países productores o altamente dependientes de los combustibles fósiles han bloqueado todos los intentos de reiterar esa señal en el marco multilateral.

“A medida que la ambición climática nacional se desacelera, las negociaciones internacionales quedan limitadas por una voluntad política en declive. Cuando Estados Unidos se retira, los demás actores se vuelven prudentes e indecisos”, afirma el analista Li Shuo, de Asia Society en Washington.

Países como Rusia, Arabia Saudita e India han sido identificados por Francia como la vanguardia del bloque que se opone a incluir a los combustibles fósiles en el texto, aunque no son los únicos actores.

Para una parte importante del mundo en desarrollo, la prioridad al llegar a Brasil hace dos semanas no era esa batalla, sino asegurar más recursos de financiación climática, que consideran una urgencia mayor.

No obstante, los esfuerzos relacionados con la reducción de combustibles fósiles sí son una demanda de numerosos Estados, incluidos los europeos.

La Unión Europea no bloqueará el proyecto

Pese al escaso avance en las demandas del bloque, la Unión Europea no se opondrá al proyecto de acuerdo final, allanando el camino para su adopción, anunció el comisario europeo Wopke Hoekstra.

“Debemos apoyarlo porque, al menos, nos lleva en la dirección correcta”, declaró Hoekstra tras una noche de negociaciones y una reunión de coordinación con los Veintisiete. “No vamos a ocultar que habríamos preferido más, y más ambición en todo”.

A continuación, la ministra francesa de Transición Ecológica, Monique Barbut, añadió: “No nos opondremos al texto que se presentará. No nos oponemos porque no hay nada extraordinariamente problemático dentro. Es un texto bastante plano”.

Según Barbut, los europeos prefirieron aceptar el texto para contrarrestar la crítica de que su resistencia se debía a que no querían comprometer fondos para los países más pobres.

Hoekstra destacó que el proyecto incluye financiación adicional: “Estamos haciendo un esfuerzo muy importante para ayudarles a financiar su adaptación”, afirmó el comisario.

Una sesión de clausura inminente permitirá ahora ratificar este acuerdo y otros documentos, dado que las decisiones de la COP requieren consenso.

Con AFP, EFE y medios locales 

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