“Aún estamos viviendo el finalcito de la pandemia”, dijo el mandatario en un evento oficial en Porto Alegre (sur).

“Nuestro gobierno, tomando en cuenta otros países del mundo, fue el que mejor salió o uno de los que mejor salió de la pandemia”, añadió Jair Bolsonaro.

Este trino del diario argentino Clarín critica que Bolsonaro cante victoria sobre supuiesto final de la pandemia cuando las curvas de muertos y contagiados siguen aumentando:

El presidente de ultraderecha minimizó desde el comienzo la crisis sanitaria que ha dejado más de 1,5 millones de muertes en el mundo, hasta el punto de decir que como a él ya le dio coronavirus, no se aplicará la vacuna.

La calificó de “gripecita”, promovió aglomeraciones, se opuso al distanciamiento social en nombre de la economía y criticó el uso de máscaras. Destituyó, además, a dos ministros de Salud, médicos de profesión, que se negaban a recetar en las fases iniciales de la enfermedad el uso de la hidroxicloroquina, un medicamento cuya eficacia no ha sido comprobada para el tratamiento del virus.

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“Debemos llevar tranquilidad a la población y no el caos. Lo que ocurrió al inicio de la pandemia [en febrero] no lleva a nada. Lamentamos las muertes profundamente y vamos venciendo obstáculos”, agregó Bolsonaro en su arenga del jueves.

Brasil, con casi 180.000 muertos, es el segundo país con mayor número de óbitos por el covid-19, detrás de Estados Unidos.

La pandemia se había mantenido casi sistemáticamente en una meseta de más de 1.000 muertos diarios entre junio y agosto. La curva se redujo hasta llegar a poco más de 300 en noviembre, pero en las últimas semanas volvió a subir para situarse en 640 actualmente. El martes y el miércoles, los decesos en 24 horas fueron superiores a los 800 por primera vez desde el 14 de noviembre.

Desde inicios de diciembre, el promedio de contagios diarios supera los 40.000 casos por primera vez desde comienzos de septiembre, según datos recolectados por la Universidad Johns Hopkins.

El ministerio de Salud informó además este jueves del primer caso de reinfección, con un intervalo de casi cuatro meses.

La cuestión de la autorización de una vacuna se ha convertido en otra fuente de enfrentamientos políticos.

Bolsonaro ha trabado una disputa contra el uso de la CoronaVac, inmunizante del laboratorio chino Sinovac, que realiza su tercera y última fase de estudios en Sao Paulo, un estado gobernado por su adversario político Joao Doria.

En el siguiente video se ve cómo el mandatario le dijo a su pueblo hace unas semanas que Brasil debía dejar de ser “un país de maricas”: