La llegada de la nueva variante del COVID-19, de origen sudafricano, alertó de nuevo al mundo y varios países del continente europeo, que ya han cerrado sus puertas para protegerse de la llegada de esa mutante. Bélgica es el país que registró la primera persona contagiada.

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La paciente sería una mujer adulta joven, quien no estaba vacunada contra el virus y desarrolló síntomas luego de un viaje que hizo entre Egipto y Turquía. La mujer aseguró que nunca tuvo contacto con personas de Sudáfrica, informó a EFE Frank Vandenbroucke, ministro de Salud Pública de Bélgica.

De acuerdo con información de las autoridades de ese país, la viajera no estuvo junto a personas de alto riesgo al llegar a Bélgica y ningún miembro de su familia ha desarrollado síntomas hasta ahora. Pese a ello, desde ese gobierno ya se han considerado nuevas restricciones para viajeros procedentes del Sur de África.

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Entre las medidas tomadas está una cuarentena obligatoria para personas que provengan de esa región africana y que residan en Bélgica, además de una prohibición de entrada para quienes no sean residentes de ese país. 

En el mundo ya se han identificado varios casos de la nueva variante, llamada B.1.1.52. Un viajero en Hong Kong, otro en Botsuana y en Israel se suman a la lista de contagiados por la mutación del virus.

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Según las autoridades sanitarias de Sudáfrica, la variante tiene múltiples mutaciones y cuenta con unas capacidad de transmisibilidad mayor, además están investigando el alcance que tiene para evadir la inmunidad por las vacunas.