México y Colombia siempre se han considerado naciones hermanas, unidas por el poderoso lazo umbilical de la música. En ese país consumen las producciones colombianas de diferentes géneros, y en Colombia la cultura ranchera (con corridos, boleros, atuendos y estilos) se siente como propia. Eso lo dejó ver Vicente Fernández, fallecido este domingo, en varias de sus declaraciones, una de las cuales es célebre porque expresó lo que sentía por Colombia.

En su última visita al país, en una entrevista con Caracol Radio, Fernández se despidió emotivamente: “Un abrazo muy fuerte para todos mis hermanos colombianos y un beso muy respetuoso para todas las mujeres divinas de Colombia, y que siempre he dicho que Colombia no es un país normal para mí; es mi segunda patria. Los quiero mucho. Muchas gracias y que Dios los bendiga”.

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Ese afecto lo expresó desde cuando hizo su primera visita a Colombia, hace unos 40 años, después de la cual regresó varias veces: “Me platicaban que Colombia es un pueblo muy especial para los cantantes folclóricos. Qué puedo decir del pueblo de Colombia: desde el momento en que llegué al aeropuerto, me sentí como si hubiese llegado a mi país y entre mi familia. Yo ya, en cuanto veo tantita confianza, ya me siento en mi casa”.

Pero Fernández también se refirió a otros aspectos de la vida, y sus comentarios tuvieron tanto eco entre sus seguidores como el que produjo con los 87 discos que grabó y las 34 películas en que participó (más unas 200 canciones que no alcanzó a publicar, según sus propias cuentas). Es un ídolo al que el pueblo, del que se sentía un excelso representante, le prestaba mucha atención.

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En otro audio reproducido por la emisora, que corresponde al 17 de abril de 2016, en su concierto de despedida en el estadio Azteca de Ciudad de México, Fernández se refirió al legado que quería dejar a sus hijos, como quien ve venir el momento final.

“Me gustaría dejarles de herencia a mis hijos, para que el día que Dios me recoja, digan con humildad: nosotros somos hijos de aquel señor que tuvo dos grandes vicios: uno, trabajar mucho, mucho; y el otro, ser capaz de ser muerto [ininteligible] en un escenario tan solo por llevarse a la tumba lo que más quiso en esta vida”.

Ese mismo día se pronunció contra Donald Trump, que estaba en campaña por la presidencia de Estados Unidos, y que había manifestado su antipatía por los mexicanos. “Y yo digo que el día que me lo encuentre, le voy a escupir la cara, le voy a mentar la madre, y lo voy a decir todo lo que nunca le han dicho en su vida”.

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Durante una rueda de prensa en 2015, habló sobre sí mismo. “Mi competencia se llama Vicente Fernández , porque es al que me interesa superar a mí día por día y darle al público lo mejor de mí mismo”.

De él, recordaba cómo empezó desde abajo, razón por la que tiene tanto arraigo entre las clases populares. “Yo trabajé en Tijuana dando bola [haciendo mandados o lustrando botas], trabajé en el pico y la pala; trabajé lavando platos, lavando pisos, lavando baños. Luego de eso fue lo que para mí me hizo estar consciente de que soy una persona afortunada, y nada más. Soy un ser humano, como cualquiera de mis trabajadores”.

“Lo que me propuse hacer lo hice y me fue muy bonito”, dijo en otro audio difundido por la frecuencia radial. “Y yo prefiero ya lo que hice lo terminé y tener muy contento al público que me responde muy bonito en todas las partes donde fui y yo estoy muy satisfecho”.