
Alejandro Leiva Salazar, más conocido como Piter Albeiro, actualmente residente en Estados Unidos y regresó a Colombia para promocionar su próximo espectáculo en el Teatro Astor Plaza de Bogotá.
(Vea también: “Lleven pruebas”: ‘Piter Albeiro’ montó ‘show’ y mandó a detractores a cantar en Fiscalía)
Para invitar a sus seguidores, decidió participar en el popular formato mediático ‘Los Impresentables’, de la emisora ‘Los 40’, junto a Valentina Taguado, Roberto Cardona y Felipe Flórez.
Durante la entrevista, compartió detalles sobre los 27 meses que pasó en prisión, tiempo que surgió a raíz de una investigación relacionada con un incendio ocurrido mientras ejercía como policía. En dicho incidente, falleció un compañero, aunque Leiva finalmente fue absuelto de los cargos, tiempo después.
Durante su estadía en prisión, estuvo recluido en varios centros penitenciarios, como el de Picaleña, en Ibagué, y otro en Chiquinquirá.
“Me llamaron y, desesperado, pedí ayuda de los bomberos. Sacaron a los afectados y los llevaron al hospital. Sin embargo, un fiscal insistió en que debía rendir declaración debido a la gravedad del caso”.
Desafortunadamente, fue acusado de homicidio agravado, incendio y tortura, lo que lo llevó a prisión entre 1998 y 2000, hasta ser absuelto.
Durante ese tiempo, enfrentó varios traslados y el riesgo constante que conlleva ser un policía en prisión. Para evitar conflictos, ayudó a otros reclusos e incluso pasó hambre para prevenir envenenamientos.
Lejos de dejarse vencer, el humorista aprovechó este periodo para desarrollar habilidades empresariales, que hoy lo han llevado a ser propietario de una destacada empresa de alquiler de autos y yates en Estados Unidos.
En ese entonces, buscaba ingresos adicionales entreteniendo a sus compañeros reclusos. Con creatividad, logró extender la señal de televisión del penal mediante un cable coaxial, lo que le permitió proyectar películas a las 7:00 p. m. y cobrar $ 2.000 pesos semanales por el servicio.




A pesar de las dificultades, Leiva aseguró que esta experiencia lo transformó profundamente: “Fueron 27 meses duros, crueles y salvajes, pero me enseñaron mucho. Aprendí a mantener los pies en la tierra, valorar cada momento y entender que la vida puede cambiar de un día para otro”.
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