El reconocido presentador colombiano Manuel Teodoro se abrió al público en una reciente intervención en el programa ‘La red’, de Caracol Televisión. Derrumbando las murallas de la privacidad, Teodoro confesó su arduo proceso de curación interna tras un doloroso divorcio después de 28 años de matrimonio.
Haciendo eco de la voz del presentador, que migró hacia Santa Marta para afrontar temores profundamente sembrados en su infancia, Caracol Televisión describió el recorrido de Teodoro en busca de terapias alternativas y rituales tradicionales que irrumpieron en su vida como instrumentos de introspección.
“Yo no quería aceptar que era alcohólico”, reconoció Teodoro durante su participación en el programa. Palabras que resuenan en la memoria colectiva por su sinceridad. La lucha contra el alcoholismo culminó hace 19 años, cuando decidió poner fin a un hábito que amenazaba su existencia. Este cambio radical emerge como un hito en su vida.
El punto de apogeo ocurrió el 21 de diciembre de 2006. Ese día, Teodoro fue internado en un centro de rehabilitación donde permaneció 65 días sumergido en un enérgico proceso de rehabilitación. Desde entonces, su vida va acorde al ritmo de una filosofía: “solo por hoy”, lema de los Alcohólicos Anónimos. Una mantra que le permite a Teodoro centrarse en el presente y reforzar día a día su compromiso con la sobriedad.
“Si hay algo que caracteriza al alcohólico es la negación y la soberbia. Mi fondo fue una rumba ni la…, no me acuerdo donde estacioné el carro. Busqué ayuda y me recogieron una mañana el 21 de diciembre de 2006 y me metieron en un lugar que yo llamo cariñosamente mi divino manicomio, pasé diciembre, año nuevo y todo enero, 65 días internado”, dijo.
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La perdida de este matrimonio de largo recorrido fue el catalizador para el reconocido periodista. Descubrió un miedo al abandono conectado a la separación de sus padres en su temprana adolescencia. Este niño herido se proyectó en su vida adulta, pero el descubrimiento y enfrentamiento de este miedo, marcó la diferencia en su vida.
El testimonio de Teodoro es un relato de reinvención, de aceptar y abordar problemas, de abrir viejas heridas para permitir que cicatricen y fortalezcan. Su lucha contra la adicción al alcohol y su trabajo de introspección durante y después del divorcio son dignos de admiración y respeto. Trabaja de manera constante en su estabilidad emocional, convirtiendo su superación en una fuente de inspiración.
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