Parte del contenido de las conversaciones que el excapitán habría realizado a la madre de una de sus víctimas, una niña de 12 años, las reveló El Espectador este domingo, en medio de unas declaraciones que dio la progenitora y la menor afectada, a quien el hombre incluso mandó tatuar para dar a entender que ella era de su propiedad.
Las llamadas la hizo y grabó la misma mamá para recolectar pruebas en contra de Romero, y en ellas se nota que el hombre siempre le detallaba a la señora cómo serían los encuentros sexuales que tendría con su hija.
“Usted me responde por Andrea [nombre que el medio le puso a la menor, para cuidar su identidad real], porque ella me pertenece. Voy a ir por estos días a Cartagena y me la voy a llevar a usted y a ella a una residencia para hacerle el amor”, dice uno de los apartes de las llamadas, publicado por el periódico, que continúa:
“A ella se lo voy a penetrar porque es mía, porque ya tiene mi nombre”.
No obstante, la situación para la madre fue más complicada cuando el excapitán descubrió que ella tenía otra hija, de 10 años.
Desde ese momento, Romero le indicó que con esa menor también haría actos sexuales, según el contenido compartido por el diario.
“Ay mi doña, yo no sabía que usted tenía otra más, me tiene una de 10 años, así es como me gustan, bichecitas, para chuparles los corocitos y tocarle sus partecitas”, supuestamente expresó el acusado.
Y más adelante, de acuerdo con la publicación, le aclaró: “No se lo voy a penetrar, pero también me la va a llevar a la residencia”.
Esa llamada culminó con una frase en la que se sugiere que el excapitán le enviaría dinero a la progenitora para ‘comprarla’ y a cambio ella permita los repugnantes actos con las menores, hecho que vale la pena reiterar no sucedió porque la madre denunció al señalado después de que supo de algunos de los abusos que cometió con su hija de 12 años, cuando ella escapó de la casa con una amiga.
“Les mando su platica para que coman, porque tengo entendido que están necesitados de hacer un mercadito”, puntualizó en la llamada, según el medio.
Y es que cabe mencionar que, de acuerdo con las investigaciones, el excapitán reclutaba menores de escasos recursos, especialmente vírgenes, para tener sexo con ellas, grabarlas y fotografiarlas desnudas, marcarlas con tatuajes, y luego chantajearlas con esas imágenes.
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