‘El inmortal’, ‘El papá de los pollitos’, ‘El cacique de La Junta’, entre otros apodos que al escucharlos todos y cada uno sabemos de quién se trata: el fallecido cantante de música vallenata Diomedes Díaz.

Un artista que se hizo a pulso, que alcanzó la gloria, que estuvo en la cúspide y que llevó al folclor vallenato a la cima más alta. Nació en una ‘cuna pobre’, pero eso no fue impedimento para bañarse en las mieles del éxito.

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Vendió desde limones hasta mangos en Carrizal, corregimiento de La Junta, jurisdicción del municipio de San Juan del Cesar, en La Guajira, donde nació y fue ‘bien criado y no deambulando’ por sus padres Elvira Maestre y Rafael María Díaz, campesinos que sacaron adelante a sus diez hijos.

Diomedes Díaz Maestre fue el mayor de sus hermanos. En la ciudad de Valledupar trabajó como mensajero en una emisora donde con su carisma se ganó el cariño de los locutores y así logró que le pusieran a sonar sus primeras canciones.

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No necesitó de mucho tiempo para empezar a sonar en todos los medios radiales. Su voz y el don de componer le permitieron decir con razón que “como Diomedes no hay otro, eso nunca nacería, y si nace no se cría y si se cría se vuelve loco”.

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