Después de vivir varios años en Estados Unidos, Jorge Andrés Alzate se mudó con su familia a Colombia y se radicó en Medellín. Ahí compró un lote, en medio del bosque, para construir la casa de sus sueños.
El artista, amante de la arquitectura, duró más de cuatro años haciendo los espacios, que se destacan por tener un ambiente tranquilo, colores sobrios y vistas a la naturaleza.
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Cómo es la mansión que tiene Alzate en Medellín
La propiedad tiene cuatro pisos (el último está en construcción), con diseños minimalistas, que le dan protagonismo al bosque verde que la rodea. En el primer piso está la sala, con un muro de concreto, otro en ladrillo y un buda en el centro. El lugar no tiene cuadros, para que la arquitectura sea la protagonista, y los muebles son pequeños.
La habitación principal está rodeada de ventanales, que permiten ver la naturaleza y un balcón que tiene salida directa a los árboles del lugar. La cama y el espacio donde hay dos lavamanos y un jacuzzi están divididos por una chimenea horizontal, mientras que el inodoro se encuentra en otro espacio, cubierto de ventanales, por lo que se pueden ver los árboles. Lo mismo sucede con el turco y la ducha, rodeado de vidrios.
La piscina está dentro de la casa y su piso está hecho con la piedra medicinal Balí, traída desde Asia, que se va deshaciendo en la piel. Por lo mismo, en unos 20 años no habrá pileta. Al lado, hay otro jacuzzi encapsulada en vidrio.
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Dentro del terreno hay dos casas más: una es para su hija, Sofía, y otra, que es una especie de cabaña, para que se hospede la familia y amigos que llegan de visita. Finalmente, tiene un espacio para su propio estudio musical.
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