Es 1999, Wilson Herrera, un soldado profesional acreedor del récord a la persona con más años secuestrado por la guerrilla en la historia del país, 14 años, aprovecha un enfrentamiento entre sus captores y los paramilitares para escapar; en medio de su huida se pierde en la espesura de la selva de los Andes colombianos hasta que es encontrado por Gilberto, un campesino de la zona quien lo lleva a su casa para ayudarlo, casa que comparte con su esposa Consuelo y su hermano mayor, Pedro.

En medio de su recuperación, Herrera descubre un lado muy oscuro de la familia, sobre todo de Pedro, el hermano mayor quien es conocido como ‘El Brujo’ y quien cada noche sale al monte a realizar rituales para tratar de comunicarse con los duendes y las brujas quienes, según él, hace 10 años raptaron a su sobrina Rosita, hija de Gilberto y Consuelo.

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Cuando era militar activo, Herrera era conocido como ‘El Perro’, un cazador innato de guerrilleros escondidos, campamentos camuflados, minas enterradas y paradójicamente liberador de secuestrados, es por eso que su estadía en la casa la dedica a tratar de descifrar el paradero de la niña, camino que lo lleva a enfrentar las teorías esotéricas de Pedro y a plantear versiones más reales que generan una fuerte disputa entre los hermanos, desnudando así una verdad tan desgarradora que los convertirá en enemigos a muerte, acto que será precisamente orquestado por el mismo Herrera.

Este es el argumento de la primera película producida y grabada completamente en el Quindío que por estos días está terminando su etapa de rodaje; se trata de un filme de suspenso, escrito y dirigido por el quindiano Andrés Roa y producido por Roa and filmmakers crew, llamado ‘Rapunzel, el perro y el brujo’.

La película se rueda en locaciones de los municipios de Salento y Buenavista, especialmente en la reserva natural Santa Rita.

La producción cuenta con un gran elenco nacional en donde se destacan actores de la talla de Anderson Ballesteros, Álvaro Rodríguez, Jimena Díaz, Andrés Estrada, Julio Pachón, Álvaro García y Ana María Sánchez.

La trayectoria de un joven director

El director quindiano Andrés Roa, oriundo de Buenavista, ha sido reconocido mundialmente porque su cortometraje Desolvido, -que cuenta la historia de una familia campesina que sufre de violencia, desplazamiento y carece de salud- ha ganado varios premios internacionales como: Best internacional videoclip – 5TH Portoviejo film festival awards Ecuador, Independent shorts awards Los Ángeles/june 2021: best director Silver award, Best music video Gold award, Best cinematography Gold award, entre otros.

Roa, de tan solo 35 años de edad, soñó con ser cineasta desde su infancia cuando descubrió en su natal Buenavista esos atardeceres naranjas de tonos cálidos que le fueron revelando su fascinación con la manera en que la luz, dependiendo de su ubicación en el transcurso del día, realza los atributos naturales de los paisajes.

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A esa epifanía visual se sumó el embrujo que le despertaban las historias de los mayores, especialmente de su abuelo, un campesino pura cepa que sobrevivió a la temible época de ‘la violencia’ y que creía fielmente en las explicaciones sobrenaturales de los misterios de la vida.

De ahí que su cine se perfile como un agradable sincretismo entre el esmerado trabajo por la belleza de la composición visual en el encuadre —en donde ningún elemento sobra y la luz realza la belleza— con las historias que bien podrían haber inspirado a algún escritor representante del realismo mágico.

De sus cortometrajes también vale la pena destacar Guaquero, filmado durante la Semana Santa de 2019 en la zona rural de Buenavista, cuenta la historia de Ciro, un joven guaquero que es contratado por Oliver, un inglés aventurero, ambicioso, que va por el mundo buscando suerte y tratando de cazar fortunas.

Tres karmas, filmado en Armenia, cuenta cómo la vida les cobra a 3 personas —Yuliana, Antonio y Raúl— las cuentas pendientes por las traiciones cometidas. El corto recibió, entre otros, el reconocimiento como mejor corto extranjero en el Festival de Cine de Londres, el de mejor corto internacional en el Festival de Cine de Nueva Delhi, India, entre otros.

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También está La divina carroña es una historia de bajo presupuesto, que se grabó en plena cuarentena, y que muestra la vida de 2 mujeres que están tratando de sobrevivir en un posapocalíptico.

Y El Arrimo que ganó el premio a mejor corto LGBTI en el Festival de Cine de Venice.