El Quindío es un departamento donde hay una concentración de personas migrantes con vulnerabilidades, por lo que desde la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Acnur, en Colombia, se firmó una carta de entendimiento con la Cámara de Comercio de Armenia y del Quindío, CCAQ, con el fin promover la inclusión socioeconómica de esta población. 

Mireille Girard, representante de Acnur en Colombia,durante su visita al departamento, aseguró que esta alianza con el sector privado se lleva a cabo porque se ha evidenciado una necesidad del mercado laboral en esta región.

Dijo que se trata de unir esfuerzos y generar un vínculo entre las necesidades de las empresas, en las que falta la mano de obra, y las necesidades de ciertas personas, que en este caso pueden ser venezolanas, colombianas retornadas o desplazadas.

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“Estos ciudadanos tienen necesidad de trabajar para apoyar a sus familias y con la firma de la carta se crea un mecanismo gana-gana, en el que las personas podrán encontrar un trabajo y los empresarios la mano de obra que necesitan”, aseveró Mireille Girard.

Aclaró que con estas acciones no se estarán afectando las oportunidades de trabajo de los quindianos, porque las vacantes que se suplirían serían aquellas en donde no hay mano de obra porque las personas del departamento no toman esos trabajos.

“Por ejemplo, en sectores como la caficultura, en donde se nota la falta de mano de obra. Hablamos de una complementariedad entre las poblaciones que viven aquí, ya que hay ofertas de trabajo que no encuentran quién las tome”, añadió.

En cuanto a la condición de personas desplazadas en el Quindío, reiteró que hay personas en condición de vulnerabilidad muy graves, “por ejemplo, madres solas con sus hijos, personas con discapacidades, otros que han vivido periodos muy difíciles en sus vidas y necesitan reconstruirse y en ese proceso juega un papel importante el trabajo, ya que les permite recuperar su dignidad, ponerse de pie y manejar su propio futuro, para no estar a cargo del Estado o agencias humanitarias, sino contribuir a la economía del país que los ha acogido”.

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Trabajo informal

Además de Armenia, Mireille Girard, representante de Acnur en Colombia, también cumplió agenda en Calarcá, por ser una de las localidades del departamento por donde más hace tránsito la población migrante, y desde allí informó que se realizó una discusión con la administración municipal sobre la situación de personas refugiadas, tanto las que están en condición de caminantes —que van de paso desde Venezuela hacia el norte o sur del país— como las que tiene vocación de permanencia, con el objetivo de revisar qué acciones se pueden realizar para ayudarlas.

“Son ciudadanos que se encuentran en condiciones extremas de vulnerabilidad, personas con niños, mujeres y otros con discapacidades; hay que ayudarlos con información, atención en salud, comida, e hidratación y para las que se quedan en la localidad debemos revisar lo relacionado con la inclusión socioeconómica para que puedan tener su propio sustento”, relató.

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Aseguró que en la ‘Villa del Cacique’ hay cerca de 1.300 personas con vocación de permanencia. “Hay muchas que trabajan, pero en condiciones regulares, pues lo hacen en el sector informal, porque no han regularizado su situación; pero ahora migración Colombia está realizando jornadas para que las personas se puedan registrar y regularicen su situación en el país y obtengan el permiso de protección temporal, para que puedan encontrar mejores empleos formales, paguen impuestos, sus seguros de salud y tener una situación más estable y protegida”.