No fue un buen día en la oficina para Andrés Calamaro el pasado sábado 17 de mayo, fecha en la que se presentó en Cali, en el marco de su gira mundial ‘Agenda 1999 Latam-Europa Tour’, en la que visita más de 10 países y que sus seguidores esperaban con gran expectativa.
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Su concierto en Cali, en la Arena Cañaveralejo, no salió como esperaba el argentino, pues en un momento del recital perdió el control y lanzó su chaqueta y el micrófono al suelo, molesto por la prohibición de las corridas de toros en la ciudad, luego de dar unas palabras a favor de la llamada ‘fiesta brava’.
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Las redes sociales se encargaron de viralizar el momento, en el que luego de dar su apoyo a la tauromaquia y expresar su desacuerdo con las votaciones en Colombia, un grupo de espectadores inició a chiflarlo sin parar mientras sustentaba su controversial opinión.
A Calamaro se le desconectaron los cables y decidió lanzar una frase con la que cortó abruptamente el concierto: “Están cancelados, hasta nunca”. A partir de esa pataleta del cantante, se formó la polémica. Aunque ya había hecho una publicación en redes, en la que entregó su punto de vista sobre lo ocurrido y levantó ampolla por el tono de su reclamo al público caleño: “Claro que en manada y apenas hilando dos palabras se atreven a todo, pero en persona no tienen dignidad para decirme nada”.
Pues horas después, la calentura verbal no le ha bajado al cantante argentino. En una nueva publicación, Calamaro expresó su repudio por la muestra de desaprobación de los asistentes al concierto y comentó que “si el argumento energúmeno para discutir la existencia de la tauromaquia es la piedad hereje por los animales”, entonces lo mejor era que esas personas no siguieran “comiendo carne” y deberían llamarse “veganos”.
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El reclamo airado del intérprete continuó para señalar a los animalistas de “nazi” y hasta para lanzarles un insulto y llamarlos “incultos”:
“Luego la batalla de argumentos deja a los nazi animalistas como una panda de resentidos, incultos hijos de p … que no tienen más argumentos que acusarme de borracho (soy abstemio y jamás subí a un escenario borracho) o desear heridas lacerantes a mi madre ya fallecida”, dijo Calamaro.
Su misa contra quienes lo chiflaron siguió. “Ni el papa del Vaticano se presenta impoluto y se confiesa por las dudas haya pecado, pero los nazi animalistas mienten y presumen de virtudes inversas, comen animales alegremente despedazados, mientras el resto del mundo come las sobras de la clase media y vive hacinada en los estratos sociales carentes de mínimos”, sentenció el cantante.
Finalmente, el argentino expresó que vio “toros en Colombia”, que vino “a Manizales para la fiesta de la virgen y las velas, un entrañable festejo popular y un festival lleno de figuras”. También, señaló que asistió a las corridas en las que “Morante, Julián, Castella y Pepe Manrique”, contando que ese último le “brindó un toro”. Tratando de dar una lección de moral, sentenció que “la gente del toro”, siendo él un extranjero, le “demostró amistad, gratitud y respeto”.
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