Hasta ahora, Gustavo Petro venía siendo tendencia en el marco de la campaña para las elecciones presidenciales de mayo próximo por ocupar el primer lugar en las encuestas, por sus polémicas propuestas y hasta por el hecho de haber conseguido una entrevista privada con el Papa. Pero un discurso en Girardot lo dejó expuesto frente a sus detractores.

En realidad, no fue el discurso en sí. Fue la forma en que lo pronunció, pues quedó en evidencia que estaba bajo efectos del licor. Así, en cuestión de horas, Petro pasó del cielo al infierno. El político dejó ver que es un ser terrenal como cualquier otro que puede sucumbir a las tentaciones y frivolidades de lo mundano.

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Casi que de inmediato, Petro salió a reconocer que sí se había tomado “un trago” antes de subirse a la tarima junto con uno de sus principales escuderos, Gustavo Bolívar. “Es verdad que con el cansancio del viaje a Europa y el cambio de horario, me cayó mal un trago que tome antes del acto de Girardot, en una reunión previa. Les pido excusas a quienes asistieron al acto, que quise cumplir a pesar de mi cansancio”, dijo este martes.

Pero este miércoles amplió su versión y agregó más razones por las que, a la hora de hablar, sus seguidores sintieron que arrastraba las palabras. El episodio “también hace parte de otra faceta de las campañas que es un poco desconocida, que yo he venido incluso tratando de alistarme”, dijo Petro en Caracol Radio.

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“Una campaña larga como esta que hemos comenzado casi desde octubre del año pasado, ese ciclo largo es como los grandes eventos deportivos de larga duración. Hay un tema que es el biorritmo, y eso es diferente en cada persona, pero es fundamental”, agregó en la emisora.

También recordó en ese mismo medio una campaña en la que le dio afonía porque sufre de reflujo y otra en la que “literalmente” el cuerpo no le “dio”. Luego, manifestó que “el sueño es fundamental”.

“Y yo hice aquí una imprudencia, es parte de la campaña, pero es imprudente desde el punto de vista físico, y es que he viajado dos veces a Europa y el cambio de horarios… Por ejemplo, me bajé del avión; al otro día, Tunja; tuve que hablar muy poco. Y después en Barranca”, agregó el político en ese medio.

Precisando lo que sucedió en Girardot, dijo en la frecuencia radial: “Sí me tome una cerveza. Una. Yo me subí [a la tarima] bien, y de pronto fui empezando a sentir que con el sueño y todo esto… Cometí el error”.

“Eso no puede ser porque la campaña tiene que ser cero alcohol. No porque yo sea mojigato, pero, en campaña, el alcohol reproduce por alguna razón el cansancio. Lo magnifica. Entonces, tú no te puedes dar ese lujo”, siguió en sus explicaciones Petro. Y quebré el principio de la campaña. Siempre, siempre, y no solo para mí, sino para todo el entorno, debe ser cero alcohol”.

El biorritmo hay que cuidarlo. Yo ya tengo problemas porque uno cree que el cuerpo es joven. Uno no se hace a la idea de que las resistencias van disminuyendo y de aquí a junio, si es que llegamos a junio, hay que tener la capacidad de aguantar”, reflexionó.