El Gobierno de Colombia, a través del Ministerio del Trabajo, se plantea un aumento en el salario mínimo para 2026 de un 23 %, hasta alcanzar la cifra de 1.746.882 pesos, sin tomar en cuenta el subsidio de transporte. El objetivo de esta medida es disminuir la diferencia entre el salario mínimo y el llamado “salario vital”, cifra propuesta por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Esta propuesta sigue la línea de una iniciativa que surgió de un documento de trabajo interno del ministerio fechado el 27 de diciembre de 2025.
(Vea también: “Haciendo cálculos”: ministro de Petro aclaró si el salario mínimo puede subir un 19 %)
“El salario debe ser suficiente para cubrir las necesidades esenciales de los trabajadores y sus familias, incluyendo alimentación, vivienda, salud y educación, sin necesidad de un trabajo adicional o ingresos complementarios”, se menciona en el referido documento revisado por Camila Bohórquez, funcionaria del Ministerio del Trabajo. Según los cálculos presentados en el documento, el salario vital ideal sin subsidio de transporte ascendería a 1.826.190 pesos para el año 2026. Sin embargo, en pro de evitar un salto drástico en un solo año, se plantearía un ajuste progresivo.
Para la fecha, el presidente colombiano, Gustavo Petro, no ha emitido un anuncio oficial; a pesar de que mencionó en su alocución de Navidad el concepto de salario “vital” y “familiar”. De ser aprobada esta propuesta, el incremento salarial superaría en más de cuatro veces el costo de vida proyectado para el año 2025 (5,3 %), triplicaría la propuesta empresarial (7,21 %) y excedería inclusive las demandas de las centrales obreras (16 %).
Al respecto, Felipe Zuleta, panelista de Blu, destapó la estrategia que habría detrás de toda la parafernalía que se ha hecho detrás de la filtración del documento sobre el mínimo: “Es una trampa del Gobierno, no pisen esa cáscara. Filtran ese decreto del 23 % para subir el 16 % y que la gente diga ‘bueno, por lo menos no fue el 23 %'”
En Colombia, aproximadamente 2,4 millones de personas perciben el salario mínimo, mientras que una gran parte de la población gana incluso menos, esto es debido, en gran parte, al sector informal. Este reajuste salarial podría tener un impacto directo en varias áreas del país: aumentaría automáticamente la pensión mínima, puesto que la ley prohíbe pagos inferiores al salario mínimo. Además, este salario sirve de referencia para el costo de las viviendas nuevas de interés social, pudiendo incrementar los precios de las mismas en Bogotá por encima de $262 millones para el siguiente año.
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