En 2025, el mercado de vivienda nueva en Colombia muestra una recuperación parcial. Según Camacol, entre enero y septiembre se vendieron 128.543 unidades (12 % más que en 2024) y se lanzaron 99.807 (13,8 % más), aunque los inicios de obra cayeron 28,6 %, evidenciando un rezago en la ejecución de proyectos.
El crecimiento se concentró en la vivienda No VIS, cuyas ventas aumentaron 18,7 % y los lanzamientos 22,1 %. En cambio, la vivienda de Interés Social (VIS) y la de Interés Prioritario (VIP) registraron caídas, afectadas por la suspensión de subsidios del programa Mi Casa Ya a finales de 2024.
Los desistimientos de compra también crecieron 4,1 %, especialmente en el segmento VIP, reflejando las dificultades de financiamiento.
Regionalmente, Bogotá, Antioquia y Atlántico lideraron el repunte, aportando el 88 % del crecimiento nacional gracias a programas locales como “Oferta Preferente” y “Mi Techo Propio”.
Camacol señaló que, aunque las ventas y lanzamientos repuntan, la inversión aún se ve limitada por las altas tasas de interés y la incertidumbre en subsidios.
La entidad pidió estabilidad en las políticas de vivienda y coordinación entre los programas nacionales y locales para sostener la reactivación del sector y proteger el empleo en la construcción.
Por qué hay problemas con la venta de vivienda en Colombia
Los problemas con la venta de vivienda en Colombia en 2025 se deben a una combinación de factores económicos y de política pública. Aunque las ventas han mejorado, muchas constructoras enfrentan dificultades para iniciar nuevos proyectos por la falta de subsidios y los altos costos de financiación.
La suspensión de las preasignaciones del programa Mi Casa Ya desde finales de 2024 afectó especialmente a las viviendas de interés social (VIS) y prioritario (VIP), que dependen de estos apoyos para llegar a familias de bajos ingresos.
A esto se suma el aumento de las tasas de interés, que encarece los créditos hipotecarios y reduce la capacidad de compra de los hogares. También hay más desistimientos de compradores, es decir, personas que cancelan su compra por no poder acceder al financiamiento o por la incertidumbre económica.
Las constructoras, por su parte, son más cautelosas para iniciar obras nuevas, lo que ha generado una caída en los proyectos en construcción. Aunque en regiones como Bogotá, Antioquia y Atlántico hay programas locales que impulsan el mercado, el panorama sigue siendo desigual.
En resumen, los líos del sector se explican por la falta de subsidios, el crédito caro y la lenta reactivación de la inversión en vivienda.
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