
El Gobierno Nacional reconoce los desafíos que implica formular una reforma fiscal en los años 2025 y 2026, dado que estos coinciden con momentos políticamente sensibles en el país.
No obstante, si al finalizar este periodo no se concreta una reforma estructural, será necesario que el Gobierno presente una propuesta integral que fortalezca el sistema tributario. Esto quedó consignado en el documento del Marco Fiscal 2025, entregado hoy.
(Vea también: Impuestos que puso Petro por pocos meses terminaron alargándose; así golpearán al bolsillo).
Esta propuesta deberá estar alineada con el proceso de retorno al cumplimiento de la regla fiscal y enfocarse en reducir de manera sustancial el gasto tributario, que representa una carga significativa para las finanzas públicas.
Uno de los puntos más críticos que se deben atender con urgencia es la ineficiencia en el diseño del Impuesto al Valor Agregado (IVA), ya que este representa un gasto tributario cercano al 5 % del Producto Interno Bruto (PIB), añade el Gobierno.




Esta situación no solo compromete la sostenibilidad fiscal del país, sino que también refuerza las inequidades existentes en el sistema impositivo.
Por tanto, la revisión del IVA se perfila como una prioridad dentro de cualquier esfuerzo de reforma, con el fin de garantizar una mayor equidad y eficiencia en la estructura fiscal colombiana.
Cómo funciona el IVA en Colombia actualmente
El Impuesto al Valor Agregado (IVA) en Colombia es un tributo indirecto que grava el consumo de bienes y servicios. Esto significa que no lo paga directamente quien lo recauda (generalmente las empresas), sino el consumidor final al momento de adquirir un producto o servicio. El funcionamiento del IVA se basa en un sistema de facturación y compensación: cada empresa cobra el impuesto al vender sus productos o servicios y, al mismo tiempo, descuenta el IVA que ha pagado previamente en sus compras. La diferencia entre el IVA cobrado y el pagado se entrega al Estado, lo que permite que el impuesto se recaude en cada etapa de la cadena productiva sin generar una doble tributación.
Actualmente, la tarifa general del IVA en Colombia es del 19 %, aunque existen tarifas reducidas del 5 % y del 0 %, dependiendo del tipo de bien o servicio. Por ejemplo, productos como el café, los medicamentos o los servicios públicos domiciliarios esenciales pueden tener tarifas reducidas. Además, algunos productos están exentos o excluidos del IVA.
Los bienes exentos están gravados con una tarifa del 0 %, lo que permite a los productores recuperar el IVA pagado en la cadena productiva. Por su parte, los productos excluidos no generan IVA, pero tampoco permiten la devolución de los impuestos pagados en la cadena.
El objetivo del IVA es generar ingresos fiscales para el Estado, siendo una de las fuentes más importantes de financiación del gasto público. Sin embargo, el sistema actual presenta desafíos.
Quiénes se benefician con el pago del IVA
Su estructura favorece a sectores con mayor capacidad económica, ya que muchos productos de lujo o servicios especializados no están gravados, mientras que productos de consumo básico sí lo están, lo cual genera inequidades. Además, las múltiples tarifas y excepciones generan complejidad administrativa, evasión y un gasto tributario elevado, estimado en cerca del 5 % del PIB.
Por estas razones, expertos y el propio Gobierno han señalado la necesidad de reformar el sistema del IVA para hacerlo más equitativo, eficiente y fácil de administrar. Una posible solución sería ampliar la base gravable, reducir el número de excepciones y fortalecer los mecanismos de devolución para hogares de bajos ingresos, con el fin de proteger a los más vulnerables sin sacrificar la recaudación ni la sostenibilidad fiscal.
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