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El tercer operador de la telefonía celular en Colombia, Une EPM Telecomunicaciones (Tigo), está en apuros económicos y sus principales socios, Millicom y EPM, no llegan a un acuerdo para inyectarle dinero y evitar que sea sometida a un proceso de reorganización empresarial.
El accionista extranjero, Millicom, aboga por una capitalización de US$150 millones, unos $ 602.987 millones de los cuales EPM debería asumir la mitad, o sea $ 301.493 millones, pero el alcalde de Medellín, Daniel Quintero y el gerente de EPM, Jorge Carrillo, no están de acuerdo con la idea.
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El grado de incertidumbre es tal, que el jueves la firma evaluadora BRC Ratings – S&P Global le rebajó la calificación de riesgo argumentando que Tigo tiene poco margen financiero, derivado “de la no concertación de sus accionistas para realizar la capitalización”.
Parte del afán radica en que en los últimos 10 años el patrimonio de la compañía se ha debilitado, pasando de $ 2,9 billones en 2014 a solo $ 108.962 millones a cierre de junio de este año. Además, en ese periodo el único año con utilidades fue 2019, cuando contabilizó $ 519 millones, en las demás anualidades el reporte ha sido de pérdidas.
El otro aspecto adverso es que tras lo observado en la última semana por parte de EPM, en el sentido de negarse a capitalizar a Tigo, BRC Ratings – S&P Global considera que existen riesgos que podrían restringir la entrada de suficientes recursos para cumplir con los vencimientos de deuda por $ 235.000 millones en octubre próximo. Este monto se divide en una deuda bancaria por $ 85.000 millones y un pago de bonos por $ 150.000 millones.
Y parece ser que octubre marcará un hito en el futuro de Tigo no solo por los compromisos económicos que debe cumplir con sus acreedores, sino por el ultimátum dado por el ministro de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTIC), Mauricio Lizcano, para que antes del 9 de octubre EPM y Millicom ejecuten la capitalización o diluyan la participación accionaria de alguno ellos.
“Si antes de esta fecha no se toma una decisión, el Gobierno entraría a considerar a través de la Superintendencia de Sociedades la posibilidad de que entre a reorganización empresarial que garantice la prestación del servicio y los empleos”, escribió el funcionario en la red X.
Toma hostil
El alcalde Quintero, quien en cinco ocasiones le pidió al Concejo autorización para vender las acciones de EPM en Tigo (4,22 millones de acciones), con el propósito de recibir unos $ 3 billones, denunció “maniobras jurídicas y jugaditas” por parte de Millicom para “robarse” a Tigo.
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“Esto no puede pasar. Si nosotros dejamos que pase con Tigo, mañana van a ir por Ecopetrol. Y es la misma estrategia que hicieron con Telecom, y si no actuamos ahora van a hacer lo mismo con el resto de las pocas empresas públicas que le quedan al país”, declaró el mandatario de la capital antioqueña a medios bogotanos.
A juicio de Quintero, la fusión en agosto del 2014 entre Une con Millicom Spain Cable fue el inicio de una privatización, que Millicom ahora está acabando de perfeccionar para quedarse con el 98 % de las acciones de Tigo.
Para cumplir ese objetivo, según el alcalde de Medellín, Millicom está proponiendo la capitalización y cuestiona si es conveniente darle recursos públicos por más de $ 300.000 millones a una empresa foránea y privada, para seguir operando un negocio que solo da pérdidas.
Desde la perspectiva de Millicom la inyección de recursos es necesaria para preservar la continuidad del servicio para los usuarios, así como el empleo para los más de 25.000 colaboradores (directos e indirectos) en Colombia y continuar la inversión en conectividad para el país.
La empresa que dirige Mauricio Ramos también sostuvo que brindar capital a Tigo permitirá continuar el importante plan de inversión y negocios de la empresa a futuro.
Y aunque Millicom no menciona que Tigo tiene obligaciones financieras que debe honrar en octubre, sí explica que la capitalización es clave para la participación robusta de la empresa en el desarrollo digital de los colombianos, incluida la subasta de 5G que se hará en diciembre.
En este punto vale anotar que hace unos tres meses Tigo y Movistar anunciaron la firma de un Memorando de Entendimiento (MDE) para explorar la posibilidad de compartir sus redes de acceso móvil, bajo una nueva compañía de infraestructura, de propiedad común.
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Este acuerdo, en caso de concretarse, beneficiará a los más de 35 millones de usuarios móviles de Movistar y Tigo, y permitiría a ambas compañías hacer más eficiente la operación de sus redes móviles y del espectro que utilizan, generar mayores recursos para ampliar la cobertura y optimizar la calidad del servicio.
Adicionalmente, Tigo y Movistar aseguran que si logran unificar sus redes, la cobertura nacional se fortalecería en cerca de 10% del territorio. De acuerdo con las estimaciones de las empresas, la red consolidada optimizaría la calidad de los servicios móviles en más de 700 municipios de Colombia. Esta nueva compañía de infraestructura sería el vehículo de despliegue de nuevas tecnologías móviles como 5G.
Así las cosas, una inquietud que surge es: ¿qué tan comprometida está la participación de Tigo en la subasta 5G, a falta de la capitalización?
Alta tensión
Para el próximo jueves, 21 de septiembre, está citada una asamblea extraordinaria de accionistas en la que se evaluará y decidirá “con respecto a potenciales conflictos de interés puestos de presente por administradores”.
No está claro el sentido de los conflictos de interés ni cuales miembros de junta los expresaron, aunque por un mensaje del alcalde Quintero en la red social X se infiere que corresponderían a situaciones que debieron declarar los integrantes de junta que representan a Millicom, con respecto a la capitalización.
Los antecedentes de esta asamblea no son positivos, pues la reunión de junta directiva del viernes terminó aparentemente de manera abrupta, luego de que los integrantes del órgano directivo que representan los intereses de EPM votaran negativamente la iniciativa de la capitalización y se retiraran de la sesión.
En ese contexto, hay quienes consideran que la reunión de junta directiva está suspendida y que podría retomarse en las próximas horas, antes de la asamblea convocada para el jueves.
Adicionalmente, desde la Alcaldía de Medellín se ha señalado que Millicom pretende forzar a EPM a que haga una dilución del porcentaje accionario que posee en Tigo, bajando de 49,99% a 2% o menos, sin que reciba nada a cambio.
Insistiendo en que el país está asiste a “un robo de los recursos públicos”, el alcalde Quintero pidió a las superintendencias Financiera y de Sociedades, a la Contraloría y a la Fiscalía que intervengan para evitarlo.
Tras el llamado del alcalde de Medellín, los únicos pronunciamientos han sido el de Contraloría de Medellín que le pidió a la Contraloría General de la República la conformación de una mesa técnica para ejecutar acciones conjuntas y fortalecer la vigilancia y control fiscal, sobre la situación de Tigo. A su turno, el ministro Lizcano le pidió a las superintendencias hacer seguimiento a la situación.
Por el momento no se conoce si el alcalde Quintero o la administración de EPM han instaurado alguna denuncia ante la Fiscalía en contra de la compañía Millicom o de sus representantes.
Por su parte, Millicom insiste en que EPM tiene tres opciones: capitalizar a Tigo; diluir su participación en la empresa; o impedir su capitalización. Adicionalmente, sostiene que no ha buscado, ni puede, causar una dilución obligatoria para EPM y que la empresa antioqueña impide la capitalización, sin presentar alguna alternativa viable.
Otro aspecto en el que ha sido reiterativo el socio extranjero de Tigo es en su voluntad de asumir la totalidad de la capitalización que Tigo necesita; ello, solamente en el evento de que EPM, autónomamente, decida no aportar el dinero que le corresponde.
Incluso, el viernes en un comunicado, Millicom aseguró que “en el indeseado e infortunado caso de requerirse una reorganización financiera de Tigo”, mantendría su voluntad de aportar el capital necesario para ayudar a que dicha reorganización se ejecute lo más rápido posible.
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