Los efectos de dicho fenómeno se sienten en varias ciudades, no solo por la ola de calor, sino también ante la amenaza de un racionamiento de energía.

El comportamiento climático preocupa especialmente a las empresas productoras de energía, entre otras cosas, porque en Colombia se produce más de 70 % de la electricidad con agua y, como se deduce, la sequía tiene un efecto negativo en el recurso.

Este escenario lo tienen presente las empresas de ese sector, que aseguran tener capacidad para atender la demanda nacional y están al día los mantenimientos para que las centrales de energía respondan y generen lo suficiente para abastecer a todas las ciudades.

Sobre el tema, incluso, se refirió recientemente la ministra de Minas, Irene Vélez, que descartó una amenaza de racionamiento, similar al que vivió Colombia en la década de los 90.

“No tenemos en este momento una alerta de racionamiento. Quien esté mandando ese mensaje está realmente generando pánico en un momento que no vale la pena”, afirmó Vélez hace pocos días.

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Pese a que está casi descartado el racionamiento, también es casi un hecho que las tarifas de energía subirán en los próximos meses en todo el territorio nacional, entre otras cosas, porque la energía se tendrá que producir con recursos diferentes al agua.

Por ejemplo, si es a través de gas natural o de carbón, ambos han incrementado sus precios por diferentes razones y esto, sin duda, tendrá que ser asumido por los colombianos en sus facturas de energía, según detalla El Tiempo.

Desde el Gobierno, además, también tienen estimaciones de que el fenómeno de El Niño se daría con fuerza a mediados del año y se podría fortalecer hacia el tercer trimestre de 2023. El Ejecutivo maneja la posibilidad del incremento en las tarifas y, según ese mismo diario, este podría ser del 3 % frente al valor actual.