Ola de calor en Colombia también golpearía el bolsillo: subirían tarifas de energía

Datos de organismos internaciones y locales dan por descontado que Colombia será epicentro de un nuevo Fenómeno de El Niño.

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Las probabilidades dan cuenta de que el fenómeno de El Niño en Colombia podría empezar a ser una realidad desde mediados de año y fortalecerse hacia cierre del tercer trimestre del 2023.

Sin embargo, la situación podría presionar desde distintos frentes. Una de las dudas gira entorno a lo que podría llegar a pasar con los precios de las tarifas de energía en Colombia.

Irene Vélez, ministra de Minas, aseguró que, como en cualquier evento climático con impacto en la economía nacional, el fenómeno de El Niño podría pegarle al bolsillo de los colombianos, con eventuales aumentos en los costos de las tarifas.

Explicó Vélez, en declaraciones recogidas por La W, que, generalmente, en época del fenómeno de El Niño las tarifas suben, sobre todo en el ‘spot’, que es la bolsa de energía, lo que se comercializa día a día en XM.

“Se pone un precio techo, que es lo que se llama el precio a escasez, y ese precio techo es lo máximo en lo que se tranza, la diferencia en ese precio de escasez y el precio real de la generación dado el estrés que surge a partir del fenómeno climático eso es lo que se cubre con cargo por confiabilidad”, dijo Vélez.

Sin embargo, en el marco del Congreso de Acolgen, la ministra Vélez dijo que el país está preparado y el Gobierno del presidente Petro aseguró que existe la suficiencia energética para afrontar el evento.

Irene Vélez, ministra de Minas y Energía, aseguró que las reservas hídricas de Colombia están por encima del promedio de los últimos 20 años.

Sumado al hecho de que el Gobierno ha adoptado medidas adicionales para solventar y asegurar a las generadoras por lo que pueda ocurrir con el fenómeno climático.

Otras expectativas del sistema eléctrico y el fenómeno de El Niño

“Estamos visitando junto a la Superintendencia de Servicios las diferentes plantas de generación y las estamos acompañando para que hagan mantenimientos preventivos”, dijo Irene Vélez.

Una de las dudas clave se centra en el hecho de, más allá de estar aseguradas, si estas plantas tienen capacidad de generación.

“Los generadores de energía reciben en promedio medio billón de pesos mensuales por el concepto del cargo de confiabilidad y desde 2006 hasta la fecha este monto ya suma 68,3 billones de pesos”, precisó la ministra sobre lo que viene con el Fenómeno de El Niño.

Recuerdan desde el Gobierno que un ciudadano, mes a mes, paga en la factura un 12 % que va dirigido a este rubro, que busca evitar situaciones adversas ante fenómenos como el estaría por llegar.

Con base en informes de Acolgen, el llamado a la tranquilidad está en que ese dinero permitirá al país solventar el 95 % de futuros fenómenos de escasez.

“A todo esto hay que sumarle que el país tiene una matriz de generación que asciende a los 18,9 GW, un 15 % adicional a lo que se tenía en 2015”, complementó la ministra Vélez.

Adicionalmente, desde el Gobierno explican que Colombia afrontará un fenómeno de El Niño de la mano con varios proyectos de fuentes no convencionales incorporándose al sistema.

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Sumado a que el país tiene iniciativas menores de 10 megavatios, las cuales pueden tener un potencial de 1,3GW, más otros megaproyectos que pueden sumar 4,5GW.

“A pesar de que el Gobierno Nacional heredó algunos proyectos paralizados por temas de licenciamiento ambiental y social, especialmente en el departamento de La Guajira como la línea de transmisión de Colectora y algunos de generación eólica y solar”, complementó el Ministerio.

Los posibles efectos del fenómeno de El Niño

Gobierno y expertos han asegurado que el fenómeno de El Niño podría llegar de la mano con algún tipo de presión extra para el comportamiento de la inflación.

Lo anterior sobre la base de que pudieran darse algunas sequías que afecten a los productores del agro nacional.

Por lo demás, se espera que desde el mes de junio del mismo 2023 se dé la primera fase del fenómeno, por lo que es necesario empezar a pensar en medidas de mitigación del riesgo.

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“A dos semanas, fase de variabilidad climática intraestacional, que inhibe las lluvias, estará presente (persistencia de colores naranjas en el país), es decir que se favorece la reducción de las precipitaciones en un mes que es normalmente lluvioso”, explicó en su momento Christian Euscátegui, ingenriero MSc en Meteorología, experto en Sistemas de Alerta Temprana y miembro de la Unidad Para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd).