
En Colombia, la moda de segunda mano dejó de ser una tendencia para convertirse en una industria poderosa y femenina.
En 2024, miles de mujeres generaron más de $ 34.125 millones vendiendo ropa usada a través de plataformas como GoTrendier, mostrando que desde el celular y el clóset también se puede emprender.
(Vea también: Grandes marcas de ropa tienen “arma secreta” para anticipar las próximas tendencias de moda).
Este modelo ha transformado la economía del hogar, permitiendo ingresos sin inventarios ni intermediarios: basta con fotografiar, publicar y vender.




Además, cada prenda recirculada aporta al planeta: solo en 2024 se evitó la emisión de 6.474 toneladas de CO₂ y el gasto de más de 463 millones de litros de agua. Bogotá lidera el movimiento con el 35 % de las ventas, seguida por Medellín, Cali y Barranquilla, mientras que Cundinamarca, Antioquia y Valle del Cauca concentran la mayor participación.
El 95 % del tráfico se da desde celulares, con sesiones donde las usuarias interactúan, compran y venden constantemente. La moda circular no solo ahorra dinero y cuida el medio ambiente, también fortalece la independencia económica femenina.
Lo que antes se guardaba en el fondo del clóset, hoy alimenta hogares, paga facturas y financia sueños. En Colombia, el estilo ya no se compra nuevo: se recircula, se transforma y genera impacto.
Por qué la moda circular se ha vuelto gran negocio en Colombia
La moda circular y sostenible se ha consolidado como un buen negocio tanto en Colombia como en el mundo por varias razones económicas, sociales y ambientales.
En primer lugar, responde a un cambio profundo en los hábitos de consumo. Las nuevas generaciones, especialmente los jóvenes, están cada vez más conscientes del impacto ambiental de la industria de la moda tradicional, una de las más contaminantes del planeta.
Esto ha generado una demanda creciente por alternativas sostenibles que permitan vestir bien sin sacrificar el medio ambiente. La moda circular, basada en la reutilización, el reciclaje y la prolongación del ciclo de vida de las prendas, se convierte así en una opción ética, accesible y atractiva para los consumidores modernos.
En Colombia, donde los niveles de informalidad laboral son altos y muchas mujeres buscan alternativas para generar ingresos desde casa, la moda circular representa una oportunidad real de emprendimiento sin necesidad de grandes inversiones.
Vender ropa usada a través de plataformas digitales no solo permite liberar espacio en el clóset, sino que se convierte en una fuente de ingresos constante y flexible. Es un modelo de negocio inclusivo que no exige infraestructura ni intermediarios, y que se adapta perfectamente a una economía digital en expansión. Además, al tratarse de productos con una historia previa, se añade valor emocional y simbólico que fortalece la conexión con el consumidor.
A nivel global, la moda circular también tiene un fuerte atractivo económico. El mercado de ropa de segunda mano crece más rápido que el de ropa nueva, y se proyecta que en la próxima década superará en valor al fast fashion. Esto se debe a que es un modelo más eficiente en términos de recursos y menos dependiente de cadenas de suministro complejas.
Las marcas también están incorporando modelos circulares, ofreciendo programas de recompra o reventa, lo que les permite fidelizar clientes y mejorar su imagen de marca en un contexto donde la sostenibilidad es una exigencia creciente.
Cómo ese negocio ha ayudado al país
En resumen, la moda circular y sostenible es un buen negocio porque combina rentabilidad, impacto social y responsabilidad ambiental. En países como Colombia, tiene además un componente transformador: democratiza el acceso a la moda, empodera económicamente a mujeres y jóvenes, y promueve una economía más consciente.
En un mundo donde los recursos son limitados y la conciencia ambiental crece, reciclar y revender ropa ya no es solo una opción ecológica, es una forma inteligente de hacer empresa.
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