Por: CENET

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Este artículo fue curado por pulzo   Sep 18, 2025 - 6:49 pm
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El Banco de la República de Colombia ha marcado en el calendario el 23 de septiembre de 2025 como el inicio de la interoperabilidad total en el sistema de pagos inmediatos del país. Esa jornada será el punto de partida de una “ventana piloto”, en la que un grupo restringido de clientes experimentará en tiempo real la conexión entre cinco sistemas de pago inmediatos y una red compuesta por 227 entidades financieras, todas integradas en el novedoso ecosistema digital. Este proceso controlado se desarrollará hasta el 5 de octubre, preparando el terreno para que, desde el 6 de octubre, el nuevo botón Bre-B quede habilitado para el uso masivo en aplicaciones y plataformas digitales del sector financiero, permitiendo así transferencias y pagos entre personas y comercios durante las 24 horas del día, sin importar el momento del año.

Este avance, anunciado por el Banco de la República, representa un desfase importante en el camino hacia la inclusión financiera y la digitalización del dinero colombiano. Está, además, en sintonía con la tendencia internacional hacia una economía más accesible, eficiente y transparente. Como lo subraya el Banco Mundial en su Informe sobre inclusión financiera 2023, la interoperabilidad de los pagos digitales mejora la experiencia del usuario porque simplifica transacciones, disminuye costos y promueve la formalización económica. Todo ello tiene un impacto positivo en el desarrollo económico nacional, al facilitar que más personas y negocios accedan a la red formal de pagos.

Sin embargo, la interoperabilidad conlleva una transformación de fondo en la infraestructura financiera. De acuerdo con el análisis de McKinsey & Company sobre pagos digitales en América Latina, la implementación de sistemas interoperables requiere una coordinación precisa entre reguladores, bancos y proveedores tecnológicos para que el desarrollo sea efectivo y la adopción por los usuarios sea masiva. El enfoque debe centrarse en la confianza y seguridad que perciban los usuarios finales, aspecto fundamental para que una red digital alcance su potencial.

El esfuerzo en Colombia no parte desde cero. Estadísticas de la Superintendencia Financiera señalan que, ya en 2024, más del 70% de las transacciones electrónicas ocurrían fuera de los horarios bancarios tradicionales, dejando en evidencia un creciente uso y preferencia por los pagos digitales, especialmente en segmentos poblacionales previamente alejados de la banca tradicional.

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El propósito de Bre-B es unificar y simplificar la experiencia del usuario, permitiendo la transición fluida desde plataformas privadas a una infraestructura pública nacional. Especialistas en tecnología financiera consultados por La República enfatizan que el avance reducirá tanto los tiempos de transferencia como las comisiones por movimientos financieros, algo que beneficiará especialmente al comercio electrónico y a las compras cotidianas. Pero el reto no es menor: organismos internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo y la GSMA coinciden en que robustecer la ciberseguridad y fortalecer la educación digital será imprescindible para garantizar la protección de datos y evitar fraudes en un entorno de pagos cada vez más digitalizado.

En conclusión, la llegada de Bre-B podría definir una nueva etapa en la evolución del sistema financiero colombiano al impulsar la inclusión, dinamizar la economía y acercar a la ciudadanía a una cultura de pagos moderna, aunque el éxito dependerá de la capacidad para gestionar los riesgos emergentes y adaptarse a los desafíos tecnológicos propios de este tipo de infraestructuras.

¿Qué significa interoperabilidad en sistemas de pago? El término interoperabilidad se refiere a la capacidad de diferentes sistemas y aplicaciones para trabajar en conjunto y compartir información de forma transparente, aun si han sido desarrollados por organizaciones diferentes. En el contexto de los pagos, esto permite que una persona pueda transferir dinero desde una plataforma o banco a otro distinto sin dificultades técnicas, incrementando la flexibilidad y eliminando barreras entre usuarios de distintos servicios.

¿Cuáles son los principales riesgos de seguridad asociados con los pagos digitales? La digitalización de los servicios financieros conlleva desafíos importantes en términos de seguridad y privacidad. Los ataques cibernéticos, el fraude digital y la filtración de datos sensibles son los riesgos más analizados por organismos internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo. Por ello, la protección de la infraestructura y la educación de los usuarios son claves para mitigar estos riesgos, asegurar la confianza del sistema y proteger la información financiera de los ciudadanos.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

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