La llegada de Ikea a Colombia marcó un hito en la historia reciente del retail nacional. El desembarco de la multinacional sueca no solo significó la entrada de un jugador global en el segmento de mobiliario y decoración, sino también la apertura de un modelo de negocio que combina eficiencia, precios competitivos y una fuerte conexión emocional con los consumidores.
Así ha estado Ikea en Colombia
Según cifras del Mapa Nacional del Retail 2025 elaborado por Mall & Retail, la compañía alcanzó en 2024 ingresos por $ 317.717 millones de pesos, con un crecimiento de 297 % frente al año anterior. Este desempeño, sin precedentes en su categoría, confirma el poder de atracción de la marca y el interés de los hogares colombianos en experimentar la propuesta de valor de Ikea.
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No obstante, el camino de la compañía en el país no ha estado exento de desafíos. El mismo informe revela que Ikea registró en 2024 una pérdida de $ 66.344 millones de pesos, una cifra que responde en gran medida a la agresiva estrategia de expansión, las fuertes inversiones en infraestructura y logística, y la construcción de un ecosistema omnicanal que requiere tiempo para consolidarse. Este panorama deja ver la magnitud de la apuesta y la necesidad de sostener un ritmo que permita alcanzar el punto de equilibrio en los próximos años.




En Colombia, Ikea ya cuenta con tres puntos estratégicos. Su primera apertura fue en Mallplaza NQS de Bogotá en septiembre de 2023, la cual significó su debut en el mercado nacional y atrajo a miles de visitantes en sus primeros días. En 2024, la compañía continuó con su plan de expansión inaugurando la tienda en Mallplaza Cali, consolidando presencia en el suroccidente del país, y meses más tarde abrió su tercer local en Viva Envigado, Antioquia, uno de los complejos comerciales más grandes de Colombia. Con estas tres tiendas, Ikea ha logrado un cubrimiento inicial en las principales regiones del país, convirtiéndose en un actor de peso en el ‘retail’ de mobiliario y decoración.
El concepto Ikea ha sido considerado uno de los más revolucionarios en la historia del ‘retail’. Su fundador, Ingvar Kamprad, plasmó en 1976 los principios rectores de la compañía en un manifiesto conocido como El testamento de un comerciante de muebles. Allí, resumió en nueve puntos lo que hoy se conoce como el “espíritu Ikea”: surtido como identidad, sencillez como virtud, eficiencia con pocos recursos y, sobre todo, cercanía con la gente común. Esa filosofía ha permeado a los diferentes mercados en los que la marca está presente, incluyendo Colombia, donde la estrategia ha estado enfocada en democratizar el acceso al diseño y al mobiliario funcional para la clase media emergente.
En la práctica, este modelo se ha traducido en tiendas con un recorrido experiencial que permite a los visitantes interactuar con los productos en ambientes reales, la presencia de restaurantes como parte esencial de la visita, y el impulso de un programa de fidelización que busca generar comunidad más allá de la compra puntual. La compañía entiende que amueblar un hogar no se limita a vender muebles, sino a ofrecer soluciones de vida práctica y asequible que eleven la calidad de los espacios familiares.
En Colombia, la irrupción de Ikea ha impactado directamente a competidores locales e internacionales que dominaban hasta hace poco la categoría. Su capacidad para atraer tráfico masivo a los centros comerciales donde se ubica se ha convertido en un factor dinamizador para la industria inmobiliaria, que ve en la marca un aliado estratégico para incrementar la afluencia y prolongar la estadía de los visitantes. No en vano, Ikea se ha transformado en una ancla comercial de gran valor, capaz de jalonar consumo complementario en moda, entretenimiento y gastronomía.
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El crecimiento del 297 % alcanzado en 2024 confirma que la estrategia de posicionamiento ha sido exitosa en términos de atracción inicial. Sin embargo, las pérdidas registradas ponen sobre la mesa el reto de la sostenibilidad financiera. La ecuación es clara: Ikea ha logrado capturar la atención del consumidor colombiano, pero ahora debe avanzar en el fortalecimiento de su cadena de suministro, optimizar sus costos operativos y potenciar sus canales digitales para lograr que este modelo sea rentable a mediano plazo.
Mirando hacia adelante, Ikea tiene por delante unos retos importantes. El desafío está en lograr la fidelidad de los hogares colombianos, consolidar la propuesta omnicanal y alcanzar la escala necesaria para que los beneficios superen a las pérdidas. La experiencia internacional muestra que este proceso requiere paciencia y consistencia, pero una vez alcanzado, el impacto en el retail es profundo y duradero.
Para Leopoldo Vargas Brand CEO de Mall & Retail “Con cifras que ya la ubican como un jugador relevante del mercado y con un modelo de negocio que ha transformado la manera en que los consumidores se relacionan con el mobiliario y la decoración, Ikea se perfila como uno de los protagonistas del retail colombiano en los próximos años”.
“Su capacidad para innovar, democratizar el diseño y generar experiencias memorables será la clave para convertir las pérdidas iniciales en la antesala de una historia de éxito”. Señalo Vargas Brand.
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