Gustavo Petro dio un adelanto de lo que será su esquema económico que incluye varios impuestos en Colombia, en caso de ganar las elecciones y llegar al poder.

El foco lo puso en las personas de mayores recursos en el país, a quienes estará dirigido un nuevo impuesto con el que busca recursos para destinar a la educación. Así lo explicó el candidato del Pacto Histórico en Antioquia, donde realiza una correría como parte de la campaña.

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Según Petro, este nuevo impuesto no afectará a los asalariados, ni a la clase media o pobre del país, sino lo pagarán quienes tienen “las 4.000 más grandes fortunas de Colombia”.

“Sobre esas 4.000 personas más ricas, no sobre sus empresas productivas, sino sobre sus activos improductivos”, afirmó el candidato, y dejó ver que pretende 10 billones de pesos con este recaudo.

El plan del senador de izquierda es que ese impuesto se cobre sobre los dividendos de esa población, sobre sus transferencias al extranjero y paraísos fiscales, entre otros.

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El candidato explicó que este tributo a las fortunas de miles de personas será invertido en la educación, puntualmente en el bachillerato de un sector de la población.

De acuerdo con Petro, hoy en día se invierten 4 billones de pesos en educación para garantizar el tránsito del bachillerato a la universidad, pero esto no es suficiente. En ese sentido, afirma, se requieren 14 billones en total, es decir, triplicar este monto para educación.

Estados Unidos critica a Petro en la ONU y evalúa si continúa apoyo a Colombia en el Acuerdo de Paz

Estados Unidos lanzó fuertes críticas al presidente Gustavo Petro durante la más reciente sesión del Consejo de Seguridad de la ONU, en la que se presentó el informe trimestral sobre la paz en Colombia. El representante estadounidense, Mike Waltz, acusó al Gobierno de usar “retórica incendiaria” y de impulsar políticas que, según Washington, socavan los avances hacia una paz duradera. Además, cuestionó la ampliación del mandato de la Misión de Verificación, señalando que se ha desviado de su objetivo inicial —la desmovilización de las Farc— para centrarse en lo que calificó como “prioridades políticas excesivas”, como la JEP y el apoyo a minorías étnicas.