La buena noticia que trajo junio con una caída en el ritmo de inflación de los alimentos se disipó para julio y vuelve a presionar el comportamiento de los precios en Colombia.

Según informó el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), la inflación anual en Colombia fue del 10,21 % a julio de 2022, la más alta en 22 años.

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La inflación de la canasta de alimentos y bebidas alcohólicas, a su turno, dio cuenta de una inflación, en ese mismo lapso, del 24,61 %. Mientras que, solamente en julio, fue del 1,17 %, cuando en junio había sido del 0,65 %.

Juan Daniel Oviedo, director del DANE, lo sentenció de la siguiente manera: “Todavía no se puede cantar victoria sobre el descenso de los precios de los alimentos, pues el resultado de julio lleva a un retorno de la inflación al promedio de lo que se venía viendo en el 2022”.

Ahora, esa variación anual de los alimentos hay que verla desde la perspectiva del comportamiento de las carnes, el pollo y carne de res aporta tres puntos básicos, para cada caso, a la inflación de esa subclase.

“En el caso del pollo vemos mayor demanda en algunos departamentos como Bolívar, Santander y Antioquia, al tiempo que siguen informándose precios más caros en los alimentos e insumos para la producción de estos”, dijo Oviedo.

Otros fenómenos alcistas de la carne

La inflación de la carne en Colombia, en el dato anual a julio, es del 16,63 % para las aves y 24,7 % para la res. Indicó Oviedo que el hecho de que la inflación de julio fuera cinco veces más alta, que el promedio histórico para el séptimo mes del año, se explica en parte porque en la carne de res se ve algo más de escasez por menores importaciones.

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Mientras que las hortalizas y legumbres (con inflación anual del 24,35 %) generan presiones a los precios desde el lado de las habichuelas. Estas, en el nivel mensual, aportan dos puntos básicos.

“Encontramos que hay más demanda por legumbres secas para sustituir algunas proteínas animales, pero al mismo tiempo mayores demandas de lentejas que se importan desde Canadá”, explicó Oviedo.

El director del DANE entregó otras señales de alerta dando a conocer que el azúcar y pan reportan comportamientos atípicos. El trigo y el maíz, por ejemplo, llevan a explicar que los mayores costos de producción lleven a que el pan tenga una inflación anual del 27,81 %.

Lo que fue el colchón de la inflación

Ahora, del lado de aquellos fenómenos que soportan un tanto el alza de los precios de los alimentos, el DANE explica que la inflación no fue mayor gracias a un descenso de cinco puntos básicos en los tomates y un aporte negativo de tres puntos básicos de la papa a la inflación de alimentos.

“En este caso 15 subclases de alimentos consumidos en el hogar aportan, para cada uno, un punto a la inflación de alimentos. Por primera vez vemos que las frituras explican un punto básico al comportamiento de la inflación”, advirtió Oviedo.

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Finalmente, el otro hecho que hizo menos alta la inflación nacional tuvo su explicación en que Bogotá reportó comportamientos menos alcistas de precios en los alimentos.

La variación mensual de los alimentos (1,17 %) dejó solo a cinco ciudades por debajo del promedio nacional, una de estas la capital colombiana: con una inflación del 0,97 %. Al tiempo que Sincelejo tuvo precios casi tres veces más altos que en el promedio del país.