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El cierre fiscal de 2025 representa un momento crítico para el sector corporativo colombiano, en especial para las pequeñas y medianas empresas que se enfrentan a panoramas complejos en la administración de su liquidez y solvencia. Un reciente informe emitido por el Banco de la República resalta la importancia de mantener balances sólidos y adoptar estrategias proactivas para prevenir riesgos financieros que puedan comprometer la estabilidad al acercarse el nuevo año fiscal.
De acuerdo con este análisis, mientras que el sistema financiero colombiano retuvo adecuados niveles de capital y liquidez, las presiones generadas durante el primer semestre de 2025 recayeron directamente en los balances empresariales. El documento enfatiza que las pequeñas y medianas empresas encararon desafíos importantes al tratar de mantener su flujo de caja operativo en un entorno marcado por el incremento de costos y una recuperación económica apenas incipiente, todo esto bajo un régimen tributario que continúa ejerciendo presión sobre sus finanzas.
Juan Fernando Jaramillo, ejecutivo de KLYM by Coval, advierte que las compañías deben centrar su gestión en medidas internas eficaces para evitar que las tensiones actuales persistan al inicio de 2026. Errores frecuentes en los cierres de año, como la falta de planeación del flujo de caja, la venta sin asegurar el recaudo correspondiente o la negligencia en la gestión de cobros, pueden derivar en desbalances financieros y forzar el uso de mecanismos de financiación costosos a final de año.
Ante este panorama, el informe y los especialistas sugieren tres líneas de acción fundamentales: revisión del flujo de caja, fortalecimiento de la gestión de cartera pendiente, y planeación adelantada de obligaciones fiscales y laborales. En primer lugar, se resalta la necesidad de proyectar minuciosamente el flujo de caja hasta el 31 de diciembre, considerando pagos críticos como nóminas y tributos, para anticipar necesidades de liquidez y activar opciones de financiación no bancarias como el factoring (una modalidad donde la empresa vende sus cuentas por cobrar para obtener liquidez inmediata) y el confirming (servicio donde un tercero gestiona pagos a proveedores).
Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD), solo el 3% de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) colombianas usan actualmente estas herramientas. Sin embargo, el Fintech Snapshot 2025 de Colombia Fintech reporta un crecimiento del 51% en su implementación por parte de grandes empresas entre 2023 y 2024, lo que señala una oportunidad creciente para mejorar liquidez sin aumentar el endeudamiento tradicional.
El segundo frente de acción es la gestión activa de la cartera pendiente; este periodo resulta estratégico para segmentar cuentas por cobrar y aplicar mecanismos diferenciados de cobro que mejoren el flujo de caja y presenten balances más claros hacia el nuevo año. Por último, se recomienda calcular de antemano las obligaciones fiscales y laborales, como impuestos y primas, para facilitar el cumplimiento oportuno de pagos, reducir riesgos de sanciones y asegurar un arranque estable en 2026.
En conclusión, empresas y empresarios deben enfocar sus esfuerzos en analizar cuidadosamente indicadores como liquidez, endeudamiento y rentabilidad, que funcionan como brújulas para tomar decisiones que aseguren balances positivos y mayor resiliencia financiera en el año entrante.
¿Cuáles son los beneficios del factoring y el confirming para las pequeñas y medianas empresas?
El factoring y el confirming han surgido en Colombia como mecanismos alternativos de financiación que ayudan a las empresas a obtener liquidez inmediata sin recurrir a créditos bancarios convencionales. El factoring permite que una empresa venda sus cuentas por cobrar a una entidad financiera, lo que agiliza el acceso a recursos frescos y mejora su capacidad de respuesta ante obligaciones inmediatas. Por su parte, el confirming facilita la gestión de pagos a proveedores, optimizando así la relación comercial y la planificación financiera de ambas partes.
Tanto el informe del Banco de la República como los datos recogidos por Colombia Fintech señalan que, aunque tradicionalmente su adopción ha sido baja entre las mipymes, existe una tendencia creciente hacia su aprovechamiento. Estas soluciones representan oportunidades clave para que las pequeñas y medianas empresas reduzcan sus niveles de endeudamiento bancario, mejoren sus flujos de caja y afronten con más solidez los desafíos financieros del próximo ejercicio fiscal.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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