El pasado fin de semana, el presidente de Colpensiones, Jaime Dussán, anunció que el dinero de las pensiones sería invertido en obras de infraestructura como el tren elevado que propuso el presidente Gustavo Petro para conectar a Buenventura y Barranquilla. La noticia cayó como un baldado de agua fría para trabajadores y fondos privados de pensiones.

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Asimismo, Dussán señaló que la entidad quiere entrar a competir con los bancos del país para adquirir la facultad de hacer uso de los recursos de los colombianos para invertir en diferentes proyectos. Dicho aviso tampoco fue bien recibido.

La polémica alcanzó tal punto que el jefe de Estado, fiel al estilo de su Gobierno, salió a rectificar lo dicho por el funcionario y dijo que el ahorro pensional no será gastado en obras. Sin embargo, su aclaración parece estar lejos de tranquilizar a los cotizantes.

En la oleada de críticas apareció el expresidente Álvaro Uribe Vélez, quien a través de redes sociales expresó su rechazo al eventual destino que se le daría a la plata de las pensiones en Colombia.

El jefe natural del Centro Democrático aseguró que el ahorro pensional se destruye si se aprueba la eliminación de la cotización en fondos privados (como lo planea la reforma pensional) y si se lo gastan en infraestructura (como lo sugirió Colpensiones).

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A su juicio, se puede construir más ahorro “si se mantienen los fondos privados de pensiones” y “se aumenta la cotización para garantizar mejor pensión a trabajadores de ingresos medios”.

Además, enfatizó en que si se invierten los recursos, en infraestructura, por ejemplo, debe ser a través de préstamos institucionales o participaciones en concesiones, con el control de las administradoras privadas.