En el departamento del Quindío la implementación de buenas prácticas es una apuesta fundamental para los caficultores, y gracias a las acciones adelantadas en ese campo 70 fincas productoras de café ratificaron su certificación Rainforest.

Desde el Comité de Cafeteros del Quindío señalaron que este es el resultado de la aplicación de buenas prácticas en el beneficio húmedo y seco, así como en el almacenamiento del grano; buen manejo de registros de las labores en campo, cuidado del medio ambiente a través de, entre otros, una adecuada disposición de las aguas mieles y las aguas residuales de las viviendas.

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“Estos caficultores hacen un gran esfuerzo para mantener todo en orden en sus empresas cafeteras, por lo cual, al contar con esta certificación, tienen la oportunidad de vender su producto con sobreprecios en la Cooperativa de Caficultores del Quindío”, indicó Luis Fernando Marín Tabares, coordinador del programa de Cafés Especiales de la entidad gremial.

El grupo de fincas Rainforest, que en 2021 se fusionó con la certificación UTZ Certified, inició en el año 2007 y se ha consolidado para suministrar café a clientes nacionales e internacionales que valoran la sostenibilidad en la caficultura y retribuyen este compromiso pagando más por el producto.

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“La empresa Naturacert visita cada año el grupo de fincas certificadas, si se presentan actividades de mejora se establece un plan de acción con el acompañamiento respectivo, para ajustar lo necesario y ratificar así la certificación”, agregó Marín Tabares.

El director ejecutivo del Comité de Cafeteros del Quindío, José Martín Vásquez Arenas, invitó a los caficultores quindianos a vincularse a este grupo de fincas certificadas, ya que cada vez más los compradores demandan un café que sea el producto de una caficultura sostenible y amigable con el medio ambiente. 

“Además del incentivo económico que se obtiene en la venta del café, implementando estas buenas prácticas se puede mejorar considerablemente la calidad, administrar mejor las fincas cafeteras y contar con procesos más organizados y controlados”, apuntó Vásquez Arenas.

Las fincas cafeteras que fueron recertificadas con el sello Rainforest están distribuidas en 11 de los 12 municipios del departamento. La única localidad que no entra en este grupo es La Tebaida.

Un sello de responsabilidad económica, social y ambiental

El certificado Rainforest, representado por el sello de la rana -anfibio indicador de un ambiente saludable- significa que el producto o ingrediente certificado fue elaborado utilizando métodos que apoyan los 3 pilares de la sostenibilidad: social, económico y ambiental.

Los auditores externos independientes, que son fundamentales para la integridad de cualquier programa de certificación, evalúan a los agricultores en función de los requisitos en estas áreas antes de otorgar o renovar la certificación. Nuestros programas de certificación basados en datos enfatizan un compromiso con la mejora continua, la capacitación en sostenibilidad y beneficios claros para los agricultores.

“Nuestros estándares se centran en bosques: nuestros programas de capacitación y certificación promueven las mejores prácticas para proteger los bosques en pie, evitando la expansión de las tierras de cultivo hacia estos; fomentar la salud de árboles, suelos y vías fluviales”,  indicaron desde Rainforest Alliance y también precisaron:

  • Clima: “Promovemos métodos de gestión responsable de la tierra que aumentan el almacenamiento de carbono y evitan la deforestación, que alimenta las emisiones de gases de efecto invernadero. Las prácticas climáticamente inteligentes integradas en nuestros programas de certificación y capacitación agrícola ayudan a los agricultores a desarrollar su resiliencia ante sequías, inundaciones y erosión.
  • Derechos humanos: “La certificación promueve los derechos de la población rural. Aunque ningún programa de certificación puede ofrecer una garantía contra los abusos de los derechos humanos”.
  • Medios de vida: “Nuestro enfoque se basa en el entendimiento de que la salud del ecosistema y la estabilidad económica de las comunidades rurales son mutuamente dependientes. Mejorar las oportunidades de medios de vida sostenibles para los pequeños agricultores y las comunidades forestales es la forma más eficaz de sacar a la población rural de la pobreza”.