Sergio Herrera llamó la atención en 2003 cuando fue el goleador de la Primera B con 25 anotaciones. Lo llevaron al Preolímpico Sub 23 de comienzo de 2004 y se convirtió en el máximo anotador del torneo con 5 goles.

 América de Cali lo fichó y ganó el Botín de Oro del Apertura 2004 con 13 tantos. Además, con la Selección Colombia le marcó a Honduras y Argentina en amistosos y a Uruguay en las Eliminatorias.

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Sin duda el nacido en Barrancabermeja era el delantero más importante del fútbol colombiano en ese momento. En menos de un año pasó de la B a ser visto por clubes internacionales.

Reinaldo Rueda lo llamó a la Copa América de Perú 2004, pero allí no jugó un buen torneo. Justo antes del inicio de la competencia empezó a hablarse de su transferencia al fútbol árabe.

Lo veo distraído, más preocupado en si se pone la balaca que usa para sujetarse el pelo con la marca del patrocinador oficial o la que siempre se pone, o si se va a jugar a otro país”, le dijo un directivo a El Tiempo.

También se filtró que personas cercanas al jugador de 21 años le aconsejaban no ir a Arabia Saudita y aceptar la oferta de un empresario que buscaba llevarlo a Francia. Finalmente, Herrera decidió aceptar la propuesta del Al-Ittihad que le pagó al América 2.6 millones de dólares por la transferencia.

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El club era uno de los más ganadores de su liga y como antecedente de colombianos en ese país se encontraba Ricardo ‘Gato’ Pérez. Casi al mismo tiempo que Herrera también se marchó Arnulfo Valentierra al que contrató el Al-Hilal.

‘Barranca’ Herrera aterrizó en Arabia Saudita y se encontró con que no estaba inscrito para jugar porque el club superaba el cupo de extranjeros. Pasó el 2004 y no le pagaron lo que le correspondía de la transferencia, pero lo peor fue que no le llevaron a su familia, tal y como se lo había prometido.

La situación llegó a un punto límite cuando el colombiano quiso devolverse y el club le retuvo el pasaporte por lo que prácticamente era un secuestro. Al delantero tampoco le avisaban los cambios de sitio y horas de entrenamiento y esto sumado a lo difícil de la cultura hizo de su estadía un infierno.

El goleador se la pasaba con dos brasileños del equipo que lo acogieron. Hasta febrero de 2005, más de 6 meses después de aterrizar en Arabia Saudita, la Fifa intervino y obligó al club a devolverle el pasaporte y pagarle la deuda.

A los pocos días ya estaba debutando con Al-Ittihad y en 7 partidos marcó 4 goles. Su familia recibió la visa y aterrizó en Oriente Medio, Rueda lo convocó de nuevo a la Selección Colombia y todo volvió a la normalidad.

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Sergio Herrera vivió tranquilo hasta que se marchó a mediados de 2006 y lo fichó el Athletico Paranaense.

El colombiano marcó un total de 21 goles con el Al-Ittihad. Sobre su experiencia le dijo a ‘El País’ de Cali en 2007: “En Arabia el fútbol no es muy competitivo, pero en el equipo donde estaba disputaba torneos internacionales y en esas instancias sí había buen nivel. No me arrepiento de ir. Fue algo que me dejó muchas cosas como persona y profesional. Aún me deben dinero. Volvería algún día, pero en otras condiciones”.