Colombia iba a tener la oportunidad, por segunda vez, de organizar unos Juegos Panamericanos. La primera fue en Cali, en 1971, y ese evento no solo le dejó importantes escenarios deportivos a la capital del Valle, sino que marcó a toda una generación del país que vio cómo el deporte constituye una inobjetable forma de impulso y estímulo para la juventud.
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A Barranquilla se le había asignado ya la organización de las justas para el año 2027, lo que implicaría la participación de unos 7.000 atletas de más de 35 países de toda América, desde Canadá hasta Chile (de ahí su nombre de Panamericanos: el prefijo ‘pan’ significa ‘totalidad’), además de los deportistas colombianos.
En este caso, no significaba un estímulo para los atletas nacionales, sino una verdadera vitrina para el país, y puntualmente para Barraquilla y eventualmente para otras ciudades porque el presidente Gustavo Petro había planteado la posibilidad de que se llevaran a cabo en otras urbes del Caribe colombiano.
También se perdió una oportunidad dorada para la generación de empleo e ingresos, pues las competencias deportivas traerían atletas, así como turistas. La dinámica económica estaba garantizada, pero la quimera se desplomó con el anuncio de Panam Sports, organizadora de los Juegos, cuyo presidente, el chileno Neven Iván Ilic Álvarez, no le dio más plazos a Colombia debido a los incumplimientos.
Esos incumplimientos no se le pueden endilgar únicamente el Gobierno de Petro. La cadena de desaciertos comenzó en la administración de Iván Duque. En suma, la responsabilidad le cabe en su totalidad al Ministerio del Deporte en conjunto, una cartera joven que recibe su primer y aplastante derrota por la que tienen que responder los cuatro funcionarios que la han tenido a cargo: Ernesto Lucena Barrero, Guillermo Herrera Castaño, María Isabel Urrutia Ocoró (ya en problemas judiciales) y la actual Astrid Bibiana Rodríguez Cortés.
En 2021, cuando Colombia recibió la sede de los Panamericanos, no se hizo el primer pago pactado; y en 2022, cuando se debía cumplir un segundo desembolso, tampoco. La actual ministra Rodríguez Cortés aseguró que llegó a un acuerdo con Panam Sports para pagar en enero de 2024 las dos deudas anteriores más un tercer pago que se debía hacer en diciembre de 2023. Todo en dos cuotas de cuatro millones de dólares.
Pero en diciembre pasado el Ministerio del Deporte se dio cuenta de que la plata no iba a estar para pagar directamente. Buscó entonces una reunión con Ilic Álvarez para decirle que la plata está se entregaría, pero no antes de terminar el año. Que iban a pagar los 8 millones de dólares completos en enero de 2024.
Ilic Álvarez le dijo a la ministra Rodríguez Cortés que iba a consultarlo con el comité ejecutivo, pues no era una decisión que él pudiera tomar solo, teniendo en cuenta los incumplimientos en que ya había incurrido Colombia. Pero la respuesta de Ilic Álvarez fue la carta de Panam Sports retirándole a Barranquilla la sede de los Juegos Panamericanos de 2027.
Quién es el chileno que quitó Juegos Panamericanos a Colombia
La decisión de Panam Sports resulta entendible. Desde su perspectiva, un país como Colombia no le ofrecía garantías ni confianza. Eso quedó plasmado en la decisión del presidente de la organizadora de los juegos, Neven Iván Ilic Álvarez, un empresario y dirigente deportivo nacido en Chile en 1962.
Su trayectoria en el ámbito deportivo, que comenzó cuando fue director de la Federación de Tenis de Chile entre 2000 y 2004, habla de la seriedad con que asume los compromisos. En octubre de 2004 llegó a la presidencia del Comité Olímpico de Chile (COCh), y fue reelecto en el mismo cargo en 2008, 2012 y 2016.
Su desempeño dio para que, en diciembre de 2007, fuera elegido Mejor Dirigente Deportivo del año por el Círculo de Periodistas Deportivos de Chile. Diez años después, el 26 de abril de 2017, fue elegido presidente de la Organización Deportiva Panamericana (Odepa), y en septiembre de 2017 fue elegido miembro del Comité Olímpico Internacional (COI).
En 2018, le dio un vuelco significativo a la organización deportiva continental cuando impulsó el cambio de marca a Panam Sports, basado en una nueva imagen, otro estilo y un nombre de más impacto. Con ese personaje y con esa organización seria se estrelló Colombia, cuyos ministros del Deporte, pertenecientes a dos gobiernos distintos, no pudieron estar a la altura del reto que tuvieron en frente.
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