El momento que tanto llevaban esperando los fanáticos del automovilismo finalmente llegó y el color verde se apoderó del semáforo ubicado en la línea de partida del Circuito Internacional de Bahréin. Como era de esperarse, Ferrari, Red Bull y Mercedes fueron los protagonistas de una emocionante carrera que le otorgó al Campeonato Mundial de la Fórmula 1 el mejor inicio de su 73° temporada.

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Charles Leclerc y Max Verstappen fueron los protagonistas del momento más apasionante de la carrera con una seguidilla de adelantamientos por parte y parte que finalmente ganó el piloto de Ferrari y que le permitió a Leclerc mantenerse en la punta del primer GP del año.

Por su parte, cuando el panorama pintaba oscuro para un Lewis Hamilton que sigue teniendo problemas con el coche W13 de Mercedes, el infortunio de Pierre Gasly fue el comienzo de varios sucesos infortunados que terminaron beneficiando al británico.

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Un incendio en la parte trasera del AlphaTauri marcado por el ’10’ desencadenó en la entrada del Auto de Seguridad que con su presencia generó el achique de distancias que había entre los pilotos. Faltando cinco vueltas para el final y con los coches estando nuevamente cerca uno del otro, el final de la competencia en Bahréin tuvo un final no apto para cardíacos.

En el último tramo de la carrera, justo cuando existía la posibilidad de una nueva disputa por el primer puesto entre Leclerc y Verstappen, todo empezó a empeorar para un Red Bull que tuvo el peor arranque de temporada posible: Max tuvo que abandonar la carrera a tres vueltas del final por un fallo hidráulico en la dirección de su auto, por su parte, Checo Pérez sufrió un trompo en la última vuelta debido a unos problemas en su motor. Así murieron por completo las ilusiones de la escudería austriaca que no logró sumar puntos en la primera carrera del 2022.

Como si lo anterior no fuese suficiente para Red Bull, el competidor que estaba detrás del mexicano era nada más y nada menos que Lewis Hamilton, que de inmediato pasó a ocupar la tercera posición y de paso logró formar parte del primer podio del año, en el que estaba reinando el mítico color rojo de la F1.

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Charles Leclerc se coronó como el ganador del Gran Premio de Bahréin y en la premiación contó con la fortuna de ser antecedido por su compañero de equipo, Carlos Sainz, que también tuvo un rendimiento memorable en el primer fin de semana de competencia de la temporada.

De esta manera, con el director Mattia Binotto también presente en la celebración, la escudería destapó las champañas y le mandó un claro mensaje a sus competidores: Ferrari está de vuelta.

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Ferrari no ganaba un Gran Premio de la F1 desde Singapur 2019, misma ocasión en la que el equipo italiano había obtenido su último doblete en un podio gracias al 1-2 alcanzado por Sebastian Vettel y el ya mencionado Leclerc en territorio asiático.