Ante las diferentes dudas que empezaron a presentarse luego de la victoria de los Celtics en el primer juego de la serie, los dirigidos por Steve Kerr sacaron a relucir su versión de campeón y dieron un nuevo golpe de autoridad en la lucha definitiva por quedarse con el Trofeo Larry O’Brien.

Como era de esperarse, el líder indiscutible de la victoria fue Stephen Curry con 29 puntos, 6 rebotes, 4 asistencias, 3 robos, 5 triples y una dominante actuación en el tercer cuarto del compromiso, cuarto que se encargó de partir la historia del compromiso en dos, pues, cuando ambos equipos se fueron al descanso, el marcador se encontraba 52-50 a favor de los locales y, al comienzo del último parcial, los Warriors ya contaban con un resultado de 93-64 a su favor. 

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De igual manera, es importante resaltar la labor defensiva de Golden State: el conjunto de la bahía se encargó de elaborar 33 puntos a raíz de las 18 pérdidas de balón de Boston, siendo esta la segunda mayor cantidad de puntos anotados por pérdida de balón en las finales de la NBA en los últimos 25 años.

Además, otro dato que ayuda a reflejar los ajustes defensivos de los Warriors, es la importante comparativa de anotación que tuvieron Al Horford y Marcus Smart entre el primer y segundo partido de las finales.

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El pasado jueves, Horford fue el MVP del compromiso con un total de 26 puntos, en el segundo encuentro, el pívot apenas pudo anotar 2 puntos; por su parte, Smart anotó 18 puntos en el primer golpe dado por los Celtics en la serie, mientras que, en el reciente encuentro disputado en el Chase Center, Marcus al igual que su compañero, aportó apenas 2 puntos en la ofensiva. 

Curry no fue el único destacado en el factor anotador de los suyos, ya que, cuatro de sus compañeros, también alcanzaron el doble dígito en puntos: Jordan Poole con 17, Kevon Looney con 12, y Andrew Wiggins y Klay Thompson con 11 cada uno, aportaron su grano de arena en el nuevo récord impuesto por la franquicia seis veces campeona de la liga: los Warriors sacaron una diferencia de +21 puntos al finalizar el tercer cuarto, siendo este el mejor cuarto protagonizado por un equipo en la historia de las finales.

A pesar de que esta victoria era prácticamente lo que esperaban los fanáticos, sorprende saber que este segundo cara a cara se asemeja en buena medida a todo lo ocurrido el pasado 2 de junio, pero con la gran diferencia de que los Warriors supieron cerrar el encuentro en el último cuarto y ahora cuentan con la fortuna de saber que se encuentran (al igual que sus rivales) a tan solo tres victorias de hacerse con el anhelado anillo de la 75° edición de la NBA. 

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Por ahora, ambos equipos se encargarán de realizar los ajustes que consideren necesarios para lo que será el tercer partido de las finales, el cual se disputará el próximo miércoles a partir de las 8:00 p.m. en el TD Garden y tiene todos los ingredientes necesarios para convertirse en un plato imperdible para los simpatizantes.