El desarrollo del Mundial Catar 2022 ha significado todo un reto para los organizadores, no solo porque es un país donde la pasión por el fútbol no es como en otras latitudes, sino por los desafíos que este evento plantea para la religión musulmana, la ley y las costumbres cataríes.

Uno de los aspectos que ha contemplado la FIFA dentro de sus comités y reuniones es la presencia de la comunidad LGBTI en Catar durante el Mundial, pues en ese país las relaciones entre personas del mismo sexo están prohibidas por la ley y contemplan penas de hasta siete años de prisión.

Ante esto, la FIFA y el gobierno de Catar han invitado abiertamente a todos los miembros de esta comunidad a visitar este país durante el evento deportivo sin temor a detenciones; sin embargo, en las últimas horas surgió una polémica frente a la utilización de símbolos del orgullo gay en los estadios del mundial.

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Según reseña el diario argentino Olé, el jefe de seguridad del Mundial, mayor general Abdulaziz Abdullah al-Ansari, confirmó que por la “propia seguridad” de los miembros de la comunidad LGBTI, las autoridades podrán confiscar las banderas que estos exhiban dentro de los escenarios deportivos.

Aunque la FIFA había dicho que estos distintivos estarían autorizados, la seguridad recién anunció la medida y aseguró que no se permitirá ningún tipo de promoción de los derechos de la comunidad homosexual en los estadios.

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“Si un hincha muestra la bandera del orgullo y yo se la saco, no es porque realmente quiera o porque quiera insultarlo, sino para protegerlo. (…) Porque si no soy yo, alguien más que esté cerca puede atacarlo. No puedo garantizar el comportamiento de todos y le diría: ‘Por favor, no hay necesidad de mostrar esa bandera en este momento'”, fueron las palabras de Abdulaziz Abdullah al-Ansari a AP y recogidas por el medio argentino.

Pero las medidas no solo van en contravía de los derechos de las personas homosexuales, pues las parejas heterosexuales también verán restringidas las expresiones de afecto, ya que las leyes de ese país prohíben tomarse de la mano y besarse en público.

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Según Olé, quienes practiquen la religión musulmana y manifiesten sus gustos por personas del mismo sexo o exhiban muestras de afecto en público podrían ser ejecutadas, como lo contempla la Sharía, ley islámica que “detalla el código de conducta de la sociedad, los criterios morales y lo que es aceptado o no”.