Por tal razón, las consultas para la potencial compra de un vehículo eléctrico se dispararon el fin de semana pasado.

Auto Trader Group, una firma de análisis de mercados, dijo a la agencia Bloomberg, citada por el diario La República, que los concesionarios recibieron consultas directas de vehículos eléctricos cada 1,8 minutos durante sábado y domingo, lo que disparó esa métrica a casi el doble del ritmo promedio en agosto, equivalente a un aumento del 36 %, lo cual sugiere que la gente no solo está curioseando, sino que está considerando seriamente la compra de un carro eléctrico nuevo.

“Uno de nuestros miembros recibió un contenedor a mediodía y al final de la tarde había desaparecido completamente en los vehículos de la gente”, indicó Brian Madderson, presidente de la Petrol Retailers Association (PRA), en relación con cómo la gasolina en el Reino Unido no está dando abasto.

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La penuria de combustible en el Reino Unido se registró, sobre todo, en las gasolineras de las áreas urbanas del país, mientras que Irlanda del Norte no parecía verse afectada por esta situación, según explicó.

El aumento de la demanda de gasolina llevó a la PRA a advertir que hasta dos tercios de sus miembros, unas 5.500 gasolineras independientes de las 8.000 que tiene el país, tenían muy poco combustible el domingo y que el resto “estaba casi sin nada”.

Por qué los británicos entraron en pánico y están comprando más gasolina

En la cadena Sky News, Madderson imputó este movimiento de pánico a la “filtración de un informe confidencial de BP durante una reunión del gobierno”, que “fue difundido el miércoles” y seguido “de compras motivadas por el pánico el jueves, el viernes, el sábado y domingo”.

En los últimos días, pese a los intentos del gobierno de tranquilizar a la población, multitud de ciudadanos se han precipitado hacia las gasolineras, temerosos por si el carburante se agota, al ver que en las tiendas también escasean los productos agroalimentarios.

La escasez se debe, sobre todo, a que faltan transportadores, por lo que el Ejecutivo británico decidió el sábado enmendar su política de inmigración posbrexit y otorgar hasta 10.500 visados de trabajo provisionales, de tres meses.

Además, según la prensa británica, el gobierno contempla recurrir al ejército, a corto plazo, para hacer frente a esa escasez.