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La Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) ha revelado sus principales logros durante el año 2025, presentando cifras consolidadas hasta noviembre que representan avances relevantes para la ciudad de Bogotá en materia de gestión del agua. Según datos de la entidad, estos resultados reflejan una labor coordinada desde los frentes técnicos, operativos y jurídicos, centrada en asegurar la sostenibilidad del sistema, la equidad en la prestación del servicio y la protección del recurso hídrico que abastece a la capital colombiana.
Uno de los ejes centrales de la gestión fue el fortalecimiento de los mecanismos de inspección y control para prevenir el fraude en el consumo y distribución del agua. La EAAB aumentó las inspecciones de campo, pasando de 6.986 en 2024 a 8.547 en 2025. Estas visitas permitieron detectar 2.794 casos de fraude, consolidando un control permanente sobre el sistema. Esta vigilancia responde a la necesidad de proteger el recurso y garantizar su aprovechamiento adecuado en beneficio de la ciudadanía.
En cuanto a la recuperación de consumos, la EAAB logró cifras históricas. El volumen recuperado pasó de 4,05 millones de metros cúbicos en 2024 a 6 millones en 2025, equivalente a un incremento aproximado del 48 %. Paralelamente, la facturación asociada también mostró un aumento significativo, superando el 46 % de crecimiento y reforzando la solidez financiera y operativa de la entidad.
Uno de los desafíos más complejos fue la reducción de pérdidas por fugas en la red menor. Durante 2025 —hasta octubre— estas pérdidas disminuyeron en un 47 %, al reducirse de 32,75 millones de metros cúbicos de agua en 2024 a 17,31 millones. Este avance se atribuye a una respuesta más ágil ante fugas y al proceso de estabilización tras el racionamiento, lo que permitió una recuperación notable de la infraestructura.
La aplicación de medidas técnicas fue igualmente relevante para la estabilización del sistema. Se logró normalizar la presión promedio de la red de 28 a 25 metros columna de agua, disminuyendo el estrés ejercido sobre las tuberías. Esta optimización se reflejó en la caída del 7 % en los reportes ciudadanos por daños y fugas entre 2024 y 2025, evidenciando una mejora en la resiliencia y robustez de la red.
El control del fraude en medidores constituyó otro pilar de la gestión. En 2025, la EAAB retiró 668 medidores ante sospechas de manipulación y se comprobó en laboratorio que el 74 % presentaba alteraciones que permitían subregistro del consumo. Con esto, la entidad busca tanto corregir prácticas indebidas como fortalecer la justicia en la facturación y la protección del recurso.
Las acciones de inspección se focalizaron en localidades específicas para maximizar el impacto, siendo Engativá, Kennedy, Ciudad Bolívar, Teusaquillo, Barrios Unidos, Suba y Soacha, las zonas con mayor registro de irregularidades. Esto permitió una aplicación más eficiente de los recursos y una mayor efectividad en los resultados.
En el ámbito judicial, los casos de defraudación de fluidos también crecieron notablemente, alcanzando 438 procesos en 2025 frente a 264 en 2024, y el valor económico involucrado aumentó de $9.159 millones a $16.582 millones. Finalmente, el Indicador de Pérdida por Usuario Final (IPUF) mostró una tendencia descendente, situándose en 6,37 metros cúbicos/suscriptor/mes en 2025, lo que ratifica los avances en el control de las pérdidas y en la gestión del recurso.
Para el año 2026, la EAAB proyecta reforzar sus estrategias técnicas y de control con el propósito de impulsar una mayor eficiencia del sistema, reducir pérdidas y arraigar una cultura de uso responsable del agua entre la población.
¿Por qué es fundamental reducir las pérdidas de agua en la red menor?
La reducción de pérdidas por fugas resulta esencial para la sostenibilidad de cualquier sistema de acueducto, ya que garantiza que el recurso vital llegue efectivamente a los usuarios y disminuye la presión sobre fuentes hídricas limitadas. Según lo reportado por la EAAB, la disminución del volumen perdido por fugas en la red menor es uno de los principales logros en Bogotá durante 2025, con una baja del 47 % respecto al año anterior.
Este resultado no solo tiene implicaciones ambientales, al contribuir a la protección de los ecosistemas que abastecen a la ciudad, sino también económicas, fortaleciendo la viabilidad financiera de la entidad y permitiendo inversiones en mejoras operativas y tecnológicas. ¿Qué medidas adicionales podrían implementarse para seguir reduciendo estas pérdidas y asegurar el acceso equitativo al agua en el futuro?
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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