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Este artículo fue curado por pulzo   Dic 30, 2025 - 1:38 pm
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Las picaduras de insectos son eventos comunes que pueden ir desde simples molestias hasta provocar reacciones alérgicas graves, especialmente en personas con antecedentes de enfermedades como asma o conjuntivitis alérgica. De acuerdo con la alergóloga María Victoria Moreno, citada por La Patria y adscrita a Colsanitas, cualquier picadura puede convertirse en un asunto serio si quien la sufre es alérgico o presenta afecciones previas relacionadas con el sistema inmune. La vigilancia se vuelve más estricta cuando la picadura ocurre en el rostro, la cabeza o la lengua, debido al elevado riesgo de inflamación peligrosa, independiente de si la persona conoce o no sus alergias.

En menores de edad, las reacciones a las picaduras suelen ser más pronunciadas y durar más tiempo debido a la inmadurez de su sistema inmunológico. A menudo, experimentan ronchas de mayor tamaño o intensidad. Por lo tanto, los padres y cuidadores deben estar particularmente atentos a la evolución de cualquier síntoma que presente un niño tras una picadura, ya que podría necesitar atención médica rápida para evitar complicaciones.

Los insectos del orden de los himenópteros —como abejas, abejorros, avispas y hormigas— se encuentran entre los que pueden ocasionar reacciones alérgicas más severas. Por otro lado, especies como los mosquitos, arañas, pulgas o chinches, aunque en general provocan molestias leves, pueden transmitir enfermedades como chikunguña o dengue. En estos casos, síntomas adicionales como fiebre elevada, dolores articulares, náuseas o erupciones cutáneas requieren consulta médica urgente, según advierte Moreno.

La prevención sigue siendo una de las principales herramientas para disminuir riesgos. Moreno aconseja tomar medidas como evitar el uso de perfumes y ropa llamativa que pueda atraer insectos, cubrir la piel al permanecer al aire libre, mantener orden y limpieza, y recurrir a repelentes que contengan N,N-dietil-meta-toluamida (DEET) o icaridina, compuestos recomendados incluso para niños y mujeres embarazadas. Otras acciones incluyen eliminar depósitos de agua estancada y optar por velas aromáticas o infusiones como el clavo para disuadir la presencia de insectos dentro del hogar.

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Cuando la picadura es leve, lo aconsejado es lavar la zona con agua y jabón, no rascarse y aplicar compresas frías para ayudar a bajar la inflamación. En el caso particular de las abejas, retirar el aguijón sin presionar para evitar que se libere más veneno. Es fundamental vigilar la aparición de signos de severidad, como hinchazón anormal, fiebre o aumento del dolor, y no dudar en consultar con un profesional de la salud si estos se presentan.

Las reacciones alérgicas pueden variar desde una inflamación que desaparece en horas hasta cuadros graves como la anafilaxia, una emergencia médica potencialmente mortal que se caracteriza por problemas para respirar y alteraciones cardiovasculares. No todos los insectos provocan los mismos síntomas: abejas dejan el aguijón en la piel, avispas y abejorros pueden picar múltiples veces, hormigas suelen generar un dolor intenso, mientras que mosquitos provocan ronchas inflamadas y rojas. Arañas, pulgas y chinches dejan marcas características que pueden servir de pista para identificar el origen de la molestia.

Mantenerse informado y preparar una estrategia preventiva son pasos clave para disfrutar de ambientes al aire libre de forma segura, minimizando la posibilidad de incidentes graves causados por picaduras de insectos.

¿Cuándo una picadura puede volverse peligrosa y cómo identificar una reacción alérgica severa?
Comprender el umbral a partir del cual una picadura se transforma en una amenaza seria para la salud es fundamental tanto para individuos alérgicos como para quienes nunca han experimentado reacciones importantes. Los síntomas de alarma descritos por la especialista citada incluyen hinchazón anormal, fiebre alta y aumento progresivo del dolor. Estos signos pueden ser el preámbulo de una reacción sistémica o incluso de una anafilaxia, una condición que afecta rápidamente la respiración y la presión arterial. Reconocer estos síntomas permite actuar de inmediato y buscar atención médica adecuada, lo que puede marcar la diferencia entre una recuperación sin complicaciones y una emergencia mayor.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

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