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Este artículo fue curado por pulzo   Sep 23, 2025 - 12:19 pm
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La vacunación antirrábica se consolida como uno de los principales recursos de la medicina preventiva ante la rabia, enfermedad viral que ataca el sistema nervioso central y que persiste como casi mortal cuando alcanza una manifestación clínica. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año la rabia cobra la vida de unas 59.000 personas, especialmente en naciones con acceso limitado a tratamientos y vacunas. En ese contexto, la inmunización contra la rabia no solo es eficaz sino que resulta indispensable, sobre todo en lugares donde la incidencia de mordeduras animales es elevada y la provisión de cuidado post-exposición resulta insuficiente.

Las vacunas antirrábicas modernas, especialmente aquellas desarrolladas mediante cultivos celulares o tecnologías recombinantes, presentan un perfil de seguridad ampliamente reconocido por organismos internacionales como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC). Los efectos adversos que pueden asociarse con su administración suelen ser transitorios y leves, entre ellos, según el médico general Julián Ordóñez, se hallan manifestaciones locales en el área de la inyección, tales como dolor, hinchazón o enrojecimiento, sumados a síntomas sistémicos como cefalea, fatiga, náuseas y fiebre moderada. Estos malestares por lo regular desaparecen sin tratamiento médico adicional.

Un ejemplo que aporta mayor claridad sobre la frecuencia y naturaleza de estas reacciones es el estudio realizado en un hospital de la India, donde entre 392 pacientes vacunados por vía intradérmica un 27 % reportó algún efecto adverso. Los datos revelan que el dolor local (8,2 %), sensación de hormigueo (4,6 %), cefalea (4 %), enrojecimiento (3,6 %) y fiebre (3 %) fueron las molestias más habituales, sin que ninguna alcanzara gravedad clínica. Resulta importante destacar que las complicaciones severas se han vinculado casi exclusivamente a antiguas vacunas basadas en tejido nervioso, actualmente en desuso, dejando a las formulaciones modernas en una posición mucho más segura.

Dentro de las políticas de salud pública, la farmacovigilancia, entendida como el monitoreo sistemático de eventos adversos a medicamentos y vacunas, juega un papel esencial para fortalecer la confianza social y científica en los esquemas de inmunización. De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), este seguimiento continuo no solo detecta reacciones raras, sino que permite adaptar protocolos y estrategias educativas que garanticen el acceso oportuno e informado a la vacunación. A su vez, se ha promovido la administración intradérmica como alternativa menos invasiva y más económica para países en vías de desarrollo.

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En síntesis, la vacunación antirrábica constituye un pilar insustituible en la prevención de una enfermedad letal pero evitable. La evidencia internacional señala que sus efectos secundarios, aunque presentes, son por lo general leves y pasajeros, lo que refuerza la recomendación de los principales organismos sanitarios mundiales para mantener y ampliar la cobertura vacunal como vía para salvar vidas humanas y evitar epidemias.

¿Qué es la profilaxis post-exposición y por qué es importante en la rabia? La profilaxis post-exposición hace referencia al tratamiento preventivo administrado después de una posible exposición al virus de la rabia, como suele ocurrir tras una mordedura de animal sospechoso. Su importancia radica en que, aplicada correctamente y a tiempo, puede evitar que la infección se desarrolle y avance hacia la fase clínica, que resulta casi siempre fatal. Dada la alta letalidad del virus, la Organización Mundial de la Salud insiste en la necesidad de contar con esquemas de profilaxis accesibles, especialmente en comunidades con alta incidencia de rabia y dificultades para el acceso a servicios médicos.

¿Por qué se prefiere la vacuna antirrábica intradérmica sobre otras vías de aplicación? La vía intradérmica consiste en aplicar la vacuna en la capa superficial de la piel en dosis menores. Esta modalidad ha ganado preferencia en algunos países por su eficiencia en el uso de recursos, ya que permite inmunizar a más personas con la misma cantidad de producto, reduciendo costos y siendo menos invasiva. Según datos del estudio hospitalario en India y la OPS, la vacuna intradérmica proporciona una respuesta inmune adecuada y efectos secundarios comparables a otras vías, lo que la convierte en una opción práctica para campañas de vacunación masiva, sobre todo en regiones con recursos limitados.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

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