Luego de las inundaciones producidas por el huracán Ida, que afectó la costa oriental de EE. UU., los investigadores hallaron bastantes ratas muertas en las playas a donde van a dar los desagües de ciudades como Nueva York, dice un informe de CNN.

Sin embargo, no hay que cantar victoria sobre la muerte de las ratas, pues estudios citados por el medio señalan que cuando hay este tipo de tempestad inesperada, los roedores tienen un instinto de conservación que los hace compensar la población perdida con su capacidad de reproducción.

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Dice el informe que una veintena de ratas puede reproducirse hasta llegar a los cientos de roedores en tan solo 6 meses.

Otro aspecto preocupante de las lluvias e inundaciones es que algunos terrenos o casas que quedan destruidos por las lluvias son terreno propicio para la proliferación de roedores, pues por lo general son sitios que quedan desatendidos por los humanos.

La inteligencia de las ratas hace que sobrevivan a épocas de crisis, como la pandemia por coronavirus, que alejó a los comensales de los restaurantes y por ende las ratas se tuvieron que adaptar o migrar hacia los hogares en busca de comida.

Son tan buenas nadadoras, que pueden permanecer sobre el agua durante tres días y nadar hasta 800 metros sin ahogarse.