Escrito por:  Redacción Vivir Bien
Dic 2, 2024 - 11:53 am

Es común pensar que, al girar la llave varias veces en la chapa, está asegurando mejor la puerta, convencido de que cuantos más giros, más difícil será abrirla. Sin embargo, este acto, que muchos consideran una forma de “asegurar” el cierre, en realidad puede estar haciendo todo lo contrario. 

Cuando gira la llave tres veces en una cerradura, deja el mecanismo en una posición que puede ser peligrosa en términos de seguridad. La razón detrás de esto es que, cuando se gira la llave tres veces, el mecanismo queda completamente liberado, lo que lo hace más vulnerable a golpes externos. Si alguien quisiera forzar la cerradura con un martillo o alguna herramienta, un golpe en esa posición podría desactivar el mecanismo más fácilmente, abriendo la puerta sin mucho esfuerzo.

En cambio, si gira la llave solo dos veces, la cerradura no queda completamente desbloqueada. Está en una posición más “intermedia”, lo que dificulta los intentos de manipulación externa. 

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El “punto medio” de las cerraduras ayuda a que el mecanismo esté más firme, ofreciendo una mayor resistencia a los golpes, ya que la llave está ejerciendo presión sobre los componentes internos de la cerradura de manera que no se pueden manipular tan fácilmente. 

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¿Qué hacer cuando la llave no gira la cerradura? 

Que la llave no gire en la cerradura, puede ser frustrante, pero no siempre significa que haya un problema grave. Algunos pasos que puede seguir para intentar solucionar este inconveniente: 

  • Lubrique la cerradura: a veces, el polvo o la suciedad pueden acumularse en el mecanismo de la cerradura, dificultando el giro de la llave. Use un lubricante específico para cerraduras (puedes encontrarlo en ferreterías) o una pequeña cantidad de grafito en polvo.
  • Revise si la llave está dañada: la llave podría estar doblada, desgastada o dañada, lo que dificulta su funcionamiento. Si nota que la llave está visiblemente dañada, pruebe con una copia nueva o limpie la llave para asegurarse de que no haya obstrucciones.
  • Pruebe mover la manija o girar ligeramente la puerta: si la puerta está desalineada, a veces la cerradura puede estar presionada o no alineada correctamente con el mecanismo interno. Intente mover ligeramente la manija o la puerta mientras gira la llave. En ocasiones, esto puede ayudar a liberar el mecanismo de la cerradura y permitir que gire con facilidad. 
  • Revise si la cerradura está congelada: en climas fríos, las cerraduras pueden congelarse, especialmente si la humedad se acumula dentro del mecanismo. El cambio de clima interfiere. Intente calentar ligeramente la llave con un encendedor.

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¿Cómo saber si la cerradura está dañada? 

Con el tiempo, las cerraduras y el uso frecuente pueden desgastarse o dañarse. Detectar a tiempo si una cerradura está fallando es clave para evitar problemas de seguridad o inconvenientes al intentar abrir o cerrar la puerta. 

  • La llave se atasca: si la llave se queda atascada dentro de la cerradura, es posible que haya obstrucciones o desgaste en los pines internos. 
  • Dificultad para abrir o cerrar: si al girar la llave la puerta no se abre o cierra adecuadamente, es señal de que el mecanismo no está funcionando bien. 
  • Ruido extraño: si escucha ruidos inusuales al girar la llave (como crujidos o clics), puede ser un signo de que las piezas internas están desgastadas o desalineadas. 
  • Cilindro flojo o suelto: si el cilindro de la cerradura se mueve demasiado o está flojo, podría estar dañado. 

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