Cada niño es un universo único, con características inigualables, que se muestran a su propia manera, por lo que no deberíamos encasillarlos ni etiquetarlos. Sin embargo, conocer las cualidades de nuestro hijo puede ayudarnos a comprenderlo y brindarle la guía que necesita.

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Desde hace algunos años se ha creado el nombre de los “bebés arcoíris”, para dar un término que describa lo especial del nacimiento de estos niños, que trae gran alegría a sus familias.

Una de las cualidades particulares de estos niños es que nacen después de que la familia ha sufrido la pérdida de un bebé anterior, sea por muerte gestacional (dentro del vientre) o perinatal (tras el nacimiento, sea inmediatamente o al poco tiempo).

La pérdida de un bebé (durante el embarazo o recién nacido) es una situación más frecuente de lo que nos imaginaríamos y también de las más dolorosa que pueden atravesar las familias. Los padres se enfrentan a un duro duelo, acompañado de la incomprensión de personas a su alrededor que no han atravesado una situación similar.

En muchos casos, tras ese fuerte duelo, los niños arcoíris llegan como un regalo, trayendo consigo la esperanza y la renovación tras la tormenta. Estos bebés no nacen para sustituir al hijo anterior, pero sí llenan de alegría y armonía a sus familias.

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Cualidades de los niños arcoíris

Aunque cada niño es distinto y sus capacidades son independientes de si son o no bebés arcoíris, sí suelen ser hijos con características especiales, para enseñarnos a ser un poquito mejores cada día.

  • Son puro corazón

Es como si los niños arcoíris trajeran una dosis extra de bondad y compasión en su pecho, y esto se hará notar desde los primeros años.

Son seres muy generosos, amorosos, cariñosos y sensibles. Es común que estén abrazando y cuidando espontáneamente a quienes perciben que lo necesitan en su entorno. Generalmente, son niños que nunca promoverán el conflicto ni querrán participar de él.

Además, tienen una capacidad innata de comprender los sentimientos de los demás, por lo que son excelentes amigos y consoladores, ya que la empatía se les da de manera natural.

  • Tienen una fuerte inteligencia emocional

Estos niños abandonan rápidamente las emociones negativas y buscan la manera de transformarlas, por lo que generalmente son capaces de superar fácilmente las situaciones adversas, ya que no se quedan estancados en la negatividad.

Por este mismo motivo son niños que perdonan con gran facilidad porque saben que todos somos humanos y estamos aquí para aprender, por lo que saben que no vale la pena aferrarse al enojo y optan por pasar rápidamente a otra cosa.

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  • Creativos y persistentes

Desde sus primeros meses, los bebés arcoíris demuestran que tienen una enorme capacidad de aprendizaje, por lo que en muchos casos empiezan a destacar en ciertas habilidades como los idiomas, deportes o música.

Su mente suele ser muy creativa y sin limitaciones, por lo que son entusiastas en cualquier actividad o hobbie que se robe su corazón. Además, cuando un interés concreto parece que se les da de manera natural y sencilla, aprendiendo a la primera. Y, para rematar, tienen una determinación tan fuerte que hará que no paren hasta lograr su meta.

  • El pegamento para familias armoniosas

Estos pequeños suelen nacer en familias llenas de amor, que reciben su nacimiento como un regalo invaluable después de un difícil momento. Estos contextos son sanos y propicios para potenciar sus virtudes.

Este entorno los ayuda a nutrir su corazón puro y hará que su familia sea siempre su bien más preciado, por lo que no solo en su nacimiento hará las veces de pegamento, sino que siempre estará en el núcleo del hogar.