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Si alguna vez ha mirado al cielo nocturno, se habrá preguntado cómo es posible que el espacio, hogar de estrellas incandescentes como el Sol, sea un lugar tan frío. A pesar de la intuitiva idea de que la cercanía a una fuente de calor debería traducirse en temperaturas elevadas, la realidad en el espacio es radicalmente distinta.
En esta nota, explicaremos las razones por las cuales el vacío espacial ostenta temperaturas tan bajas, a pesar de la presencia del Sol.
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¿Por qué el espacio es tan frío como el hielo?
La principal razón por la que el espacio es tan frío reside en la ausencia de un medio que permita la transferencia de calor de manera eficiente. En la Tierra, nos encontramos envueltos en una atmósfera densa, compuesta por moléculas de gas que chocan entre sí y transmiten el calor de manera efectiva.
Sin embargo, en el espacio, la densidad de partículas es extremadamente baja. Las moléculas de gas están tan dispersas que las colisiones entre ellas son poco probables, lo que dificulta la conducción del calor.
La radiación, la forma en que la energía viaja a través del vacío, es el único mecanismo de transferencia de calor en el espacio. Sin embargo, la radiación es un proceso ineficiente para calentar objetos grandes, especialmente a grandes distancias del Sol.
¿Cuál es la importancia de la radiación?
La cantidad de radiación solar que recibe un objeto en el espacio depende de su distancia al Sol. Cuanto más lejos esté un objeto del Sol, menos radiación recibe y, por lo tanto, más frío estará.
La Tierra, por ejemplo, se encuentra a una distancia del Sol que le permite mantener una temperatura promedio habitable gracias a la atmósfera. Sin embargo, objetos como la Luna, que no poseen atmósfera, experimentan temperaturas extremas que oscilan entre el calor abrasador del día y el frío intenso de la noche.
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El cosmos tan frío como la Antártida
El espacio interestelar, el vacío que existe entre las estrellas, es aún más frío que el espacio cercano al Sol. Esto se debe a que la densidad de partículas en el espacio interestelar es incluso menor que en el vacío cercano al Sol, lo que limita aún más la transferencia de calor por radiación.
Las temperaturas en el espacio interestelar pueden alcanzar valores inferiores a -270°C, rozando el cero absoluto, la temperatura teórica más baja posible.
Es un recordatorio de la complejidad de los fenómenos físicos que gobiernan el universo. Comprender los mismos nos permite apreciar la Tierra como un oasis en la inmensidad espacial, un lugar donde las condiciones permiten la existencia de vida tal como la conocemos.
*Este artículo fue escrito y curado por periodistas del equipo de Robby Bienestar, con apoyo de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto.
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