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Escrito por:  Óskar Ortiz
Redactor     Oct 22, 2025 - 12:04 pm

Así como Colombia acabó metido en un tema con el Museo de Louvre (Francia), una razón muy diferente a esa llevó a que la bandera tricolor sea destacada en otro espacio similar y muy destacado en el mundo.

El Museo de Historia Natural de Londres destacó a un biólogo colombiano y fotógrafo de vida silvestre gracias a una fotografía que se robó las miradas y aplausos de los expertos en el tema.

¿Qué premio ganó un colombiano en el Museo de Historia Natural de Londres?

Santiago J. Monroy García fue galardonado por el prestigioso concurso ‘Wildlife Photographer of the Year’, hecho por el Museo de Historia Natural de Londres.

Su fotografía ‘Out of the Darkness’ (Saliendo de la oscuridad) fue premiada como ‘Highly Commended’ en la categoría Retratos de Animales, quedando así como una de las 100 mejores entre más de 60.000 imágenes participantes. La fotografía retrata a un oso andino emergiendo entre las sombras del bosque en la Reserva Natural Ecopalacio muy cerca de Bogotá.

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Foto del oso andino premiada por Museo de Historia Natural de Londres Cortesía Santiago J. Monroy García
Foto del oso andino premiada por Museo de Historia Natural de Londres Cortesía Santiago J. Monroy García

Santiago también fue ganador en la categoría Animales del Close-Up Photographer of the Year (CUPOTY) en el año 2024, y subcampeón en la competencia Environmental Photographer of the Year, de la Fundación del Príncipe Alberto II de Mónaco.

La competencia Wildlife Photographer of the Year (Fotógrafo de Naturaleza del Año) nació hace seis décadas y es organizada por el Museo de Historia Natural de Londres (Natural History Museum of London), la institución líder en investigación científica y conservación desde 1881.

Este concurso de fotografía de naturaleza es el más importante a nivel mundial. Más allá de celebrar la estética, busca generar conciencia sobre la importancia de los ecosistemas y especies amenazadas, uniendo la ciencia y el arte para inspirar a la acción.

¿Qué pasó con foto de colombiano en Museo de Historia Natural de Londres?

Las imágenes ganadoras estarán expuestas en el museo a partir del 17 de octubre de 2025 hasta el 12 de julio de 2026. Además, la exhibición recorrerá cerca de 30 escenarios en 4 continentes, llegando a millones de personas a nivel mundial.

Así mismo, el certamen publica las fotografías galardonadas en el libro WPY Portfolio, una edición impresa, coleccionable y de alta calidad editorial, que se ha consolidado como pieza de estudio indispensable para científicos, investigadores, amantes de la fotografía y defensores de la biodiversidad.

Santiago J. Monroy García, biólogo experto en zoología, ecología y conservación, es un fotógrafo bogotano, que usa la fotografía como una herramienta para acercar la naturaleza al corazón de las personas. A través de lo que denomina “encuentros profundos” con la biodiversidad, las comunidades y la vida silvestre, construye una narrativa visual donde convergen el rigor científico y la sensibilidad artística.

La fotografía fue tomada en Ecopalacio, una reserva natural de la sociedad civil ubicada en la zona de amortiguación del Parque Nacional Natural Chingaza, a menos de 30 kilómetros de Bogotá. Es un proceso familiar y comunitario que hace parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP), que ha cambiado sus prácticas, buscando la conservación y la protección voluntaria de los páramos y bosques andinos.

Santiago resaltó que Ecopalacio “representa un ejemplo destacado de cómo las comunidades pueden desempeñar un papel clave en la protección del medio ambiente”. Además de conservar la biodiversidad, estas reservas brindan alternativas de desarrollo sostenible para las familias y comunidades que optan por este modelo de manejo responsable del territorio.

Capturar la imagen de un animal como el oso andino en su entorno natural no es fruto del azar. Requiere paciencia, atención al detalle y una lectura precisa del comportamiento animal, las condiciones ambientales y un avanzado conocimiento de la técnica fotográfica.

Para Santiago, fotografiar vida silvestre es también un acto de pedagogía: “a través de la fotografía aprendo de las comunidades rurales y su entorno, y luego comparto con las personas de las ciudades sobre la riqueza natural que a menudo desconocen”.

En su trabajo, la cámara no es solo un elemento para la documentación, sino un canal de conexión entre territorios, saberes y emociones. Cada imagen nace de una relación íntima con el entorno y se transforma en un medio para revelar lo invisible, sensibilizar al espectador y reforzar el vínculo entre el ser humano y la naturaleza.

¿Por qué es importante el oso andino en Colombia?

El oso andino (Tremarctos ornatus), también conocido como oso de anteojos, es la única especie de oso en Suramérica y es considerado el jardinero del bosque por su rol como dispersor de semillas. Lamentablemente se considera vulnerable a la extinción por la pérdida de su hábitat y la cacería según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Según Parques Nacionales, en sus áreas monitoreadas, la población de osos andinos oscila entre 2,000 y 5,100 individuos a nivel nacional. Se estima que, en cercanías a Bogotá, en el páramo de Chingaza, hay entre 50 y 128 individuos.

La imagen fue capturada con una cámara profesional, modificada como cámara trampa; una tecnología no invasiva que permite fotografiar fauna silvestre en condiciones naturales, con la ayuda de un mecanismo que se activa automáticamente al detectar movimiento.

Las condiciones extremas de frío, humedad y vegetación densa del páramo crearon el escenario perfecto para esta captura única. Las gotas de lluvia sobre el lente aportaron una textura dramática que dotó a la imagen con un carácter majestuoso, resaltando la belleza de esta especie emblemática en una fotografía que parece una pintura.

 Más que capturar momentos, la obra de Monroy García construye narrativas que integran ciencia, arte y educación. Su mirada híbrida de biólogo y artista, le permite traducir el lenguaje de la biodiversidad en historias accesibles que despiertan empatía y conciencia.

En sus recorridos por los territorios, no se limita a observar: se involucra con la comunidad, escucha, dialoga y traduce esas experiencias en imágenes que trascienden lo visual.

Para Santiago, la fotografía de conservación no se trata solo de mostrar especies en peligro, como el oso andino, sino de generar conciencia crítica sobre el valor del entorno. Al hacerlo, su trabajo actúa como un puente: une comunidades rurales y urbanas, y el saber científico con el conocimiento local. En este enfoque, la cámara además se vuelve un instrumento potente de transformación. Afirmó que “reconocer la biodiversidad como parte integral de nuestra identidad cultural y ecológica, es el primer paso hacia su defensa”.

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