Se cree que estas personas emigraron desde Siberia, a través de lo que se ha convertido en el actual estrecho de Bering, hace entre 30.000 y 11.000 años.

La historia de los seres humanos está vinculada estrechamente a la de su mejor amigo desde hace mucho tiempo, y el estudio del ADN de los perros es útil para establecer los asentamientos humanos.

Científicos de la Universidad estadounidense de Buffalo analizaron el ADN de un fragmento de hueso de perro encontrado en el sureste de Alaska.

Primero creyeron que era de un oso, pero un análisis en profundidad reveló que se trataba de una parte del fémur de un perro que vivió en la región hace unos 10.150 años.

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Comparte un linaje genético con los perros americanos (llamados “precontacto”) que precedieron a la llegada de los canes de razas europeas, que acompañaron a los primeros pobladores.

Estos perros “precontacto” divergieron de las llamadas razas siberianas hace unos 16.000 años, cuando los científicos creen que es posible que seres humanos hayan tomado una costera para ir al continente norteamericano desde la actual Siberia.

“Como los perros están vinculados a la ocupación del espacio por parte de los humanos, nuestros datos ayudan a precisar no solo una fecha, sino también un lugar para la entrada de perros y humanos en las Américas“, explicó Charlotte Lindqvist, bióloga de las Universidades de Buffalo y Dakota del Sur.

El estudio, publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B, apoya la teoría de que los humanos poblaron el continente norteamericano desde Siberia, a través de una carretera costera.

“Creemos que las primeras migraciones humanas en la región fueron más importantes de lo que pensamos“, dijo.

Un análisis del fragmento óseo demostró que el animal seguía una dieta “marina”, basada en los restos de peces, focas y ballenas.

Después, los perros llegaron en oleadas sucesivas, según Charlotte Lindqvist. Primero desde el este de Asia con la población Thule, luego con los husky siberianos traídos a Alaska durante la fiebre del oro en el siglo XIX.

El estudio aporta su grano de arena al viejo debate sobre si, una vez que cruzaron el actual estrecho de Bering, los primeros humanos avanzaron hacia el continente por un corredor continental o por una carretera costera a lo largo del Pacífico.

Los restos de perros precontacto encontrados en la pista del corredor continental son más jóvenes que el identificado por el equipo de Lindqvist en la ruta costera. Esto favorece la teoría de una ruta costera para las primeras llegadas.

El “perro costero es un descendiente de los perros que participaron en la migración inicial”, afirma ella a la AFP.