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La denuncia hecha por Greys Luz en Barranquilla tras la desaparición de su gata Luna, presuntamente retenida por su expareja, ha puesto de manifiesto un fenómeno cada vez más común: la apropiación indebida de mascotas en el contexto de conflictos personales. Este episodio ha suscitado una profunda reflexión sobre los vínculos afectivos que unen a las personas con sus animales de compañía, así como sobre las falencias institucionales que aún persisten frente a la protección efectiva de estos seres en situaciones de disputa emocional.
Luna, una gata con la particularidad de sufrir heterocromía —una condición visual que la hace única e identificable— fue adoptada hace más de tres años por Greys. Según el relato dado en el artículo original, la desaparición se dio después de un encuentro con el exnovio, convocado de manera aparentemente inocua para recoger un teléfono. Posteriormente, Greys se encontró con la negativa explícita a devolver a Luna, actitud que se vio agravada por el ocultamiento ante la familia de la propietaria, mostrando la dimensión de control y daño emocional en la que suelen derivar estos conflictos.
La apropiación indebida de mascotas en el contexto de rupturas sentimentales es una problemática que, según datos del Instituto Colombiano de Bienestar Animal (ICBA), afecta a un número creciente de personas en Colombia y países vecinos. Estas situaciones no solo perjudican a quienes consideran a sus mascotas miembros irremplazables de la familia, sino que también inciden directamente en el bienestar físico y emocional de los propios animales. Según el ICBA, muchas veces el marco legal aún trata a los animales bajo una óptica patrimonial, dificultando litigar en situaciones donde el vínculo humano-animal y el bienestar del ser sintiente deberían primar.
En Colombia, la Ley 1774 de 2016 supuso un avance al clasificar a los animales como seres sintientes y no simplemente propiedades o cosas. Sin embargo, su aplicación práctica se ve limitada cuando los conflictos involucran disputas privadas, pues el régimen sancionatorio y los procesos judiciales tienden a ser poco expeditos y a menudo dejan desprotegidos tanto al animal como a su legítimo cuidador. De acuerdo con recomendaciones del Consejo Nacional de la Defensa y Protección Animal, es crucial aportar pruebas, denunciar formalmente y, si se justifica, solicitar medidas cautelares para salvaguardar el bienestar del animal.




El trasfondo psicológico de la apropiación indebida de mascotas fue destacado en entrevista con la psicóloga clínica María Gómez, quien subrayó que muchas veces estos actos constituyen una forma de coerción emocional y un intento de ejercer poder frente a la expareja. Luna, cuya personalidad es especialmente vulnerable a los cambios, podría estar sometida a un estrés grave debido a su desplazamiento y la falta de familiaridad en su entorno, lo que agrava aún más el impacto negativo de esta situación sobre el animal.
La reacción favorable por parte de la comunidad y organizaciones de protección animal también ha cobrado relevancia. Fundaciones locales y vecinos han mostrado su rechazo hacia este tipo de apropiación y han ofrecido recursos y acompañamiento a Greys, recordando la necesidad de consolidar políticas públicas que permitan la intervención oportuna en casos semejantes y de fomentar una conciencia social que valore el papel de los animales como sujetos de derecho y no meros objetos.
El drama de Luna revela, por tanto, una problemática social que requiere mayor visibilización y acción coordinada, pues no se trata solo de restituir una mascota a su hogar sino también de hacer valer el derecho de los seres sintientes a vivir en entornos seguros y afectivos, y de asegurar que las leyes realmente acompañen las realidades emotivas de las personas y los animales involucrados.
Preguntas frecuentes relacionadas
¿Qué pruebas pueden aportar los dueños para demostrar la propiedad de una mascota en disputas legales?Uno de los principales desafíos en procesos legales sobre apropiación indebida de mascotas radica en la necesidad de demostrar ante las autoridades la legítima tenencia. Frecuentemente, certificados de adopción, registros de vacunación, historial clínico, y fotografías que evidencien la convivencia previa suelen ser de gran ayuda. Instituciones como el Consejo Nacional de la Defensa y Protección Animal enfatizan guardar toda la documentación desde la adopción o compra, ya que una tenencia documentada puede agilizar la restitución judicial.
La falta de pruebas concretas es una de las razones por las cuales muchos casos quedan sin resolver ante las autoridades competentes. Por eso, tener a la mano registros veterinarios, microchips identificativos y testimonios de vecinos o familiares puede ser decisivo en disputas por la tenencia, especialmente cuando existen denuncias por maltrato o apropiación indebida.
¿A qué entidades se puede acudir en Colombia para denunciar la apropiación indebida o maltrato de una mascota?En Colombia, las denuncias por maltrato animal o apropiación indebida deben dirigirse preferentemente a la Policía Nacional (especialmente la unidad de protección ambiental), la Fiscalía General de la Nación y entes municipales de protección animal. De acuerdo con la Procuraduría General de la Nación y varias ONGs, cada ciudad dispone de líneas de atención especializadas y se promueve la mediación familiar antes de avanzar a instancias judiciales.
El procedimiento exige aportar la mayor cantidad de pruebas posibles y, cuando el caso reviste gravedad, puede solicitarse incluso la intervención de la Fiscalía ambiental y agraria. La colaboración con organizaciones locales de protección animal también puede facilitar el proceso y brindar acompañamiento jurídico y psicológico a los afectados.
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