El perro y el hombre son las únicas especies cuya próstata aumenta de tamaño con los años. Lo hacen de forma natural por efectos de las hormonas sexuales masculinas (testosterona y dihidrotestosterona). Este agrandamiento se denomina hiperplasia benigna de próstata.

En el hombre puede ser un inicio de cáncer de próstata. En el perro, los tumores prostáticos no son tan frecuentes, pero una próstata agrandada resulta molesta ya que presiona los órganos que la rodean provocando infecciones recurrentes que incluyen el tracto urinario y diversos síntomas como dificultad para defecar o estreñimiento, micciones frecuentes o necesidad de orinar a cada momento, así como incontinencia urinaria.

Se puede notar en nuestros perros gotas que salen del área genital, así mismo también puede presentar dificultad para orinar; molestias al caminar y sangrados en orina y dolor abdominal, vómitos, fiebre, falta de apetito.

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Existen también varios tipos de enfermedades prostáticas benignas como: Prostatitis Bacteriana Crónica, Prostatitis Bacteriana Aguda y Absceso Prostático, Quistes Paraprostaticos, cuya detección precoz es fundamental para tomar medidas oportunas. En el perro comienza como un agrandamiento o hiperplasia glandular, que evoluciona a una hiperplasia quística, que da una apariencia de panal de abejas.

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Se asocia a machos no castrados o castrados tratados con andrógenos, los animales afectados tienen edades entre los 5 y los 8 años y aproximadamente a los 9 años el 95% de los machos no castrados presentan Hiperplasia prostática Benigna

Un estudio realizado en Beagle, demostró que el 16% tenían ésta enfermedad a los 2 años, y el 50% a los 5 años de edad.

Si haz notado alguno de los síntomas antes descritos, es muy importante la visita con tu médico veterinario, ya que él hará una historia clínica detallada de tu perro, valorará la simetría de la glándula, así como si hay o no dolor, hará una palpación rectal y estudios complementarios de laboratorio como un hemograma, un perfil químico o química sanguínea, examen general de orina y radiografías que darán información vital para el tratamiento oportuno del animal.

Recuerda estar pendiente si tienes un macho que tenga a partir de 5 años, llevarlo a su revisión semestral o anual y que incluya una valoración prostática

Mvz. Alejandra Apango Montaño

Dipl. En medicina interna y cirugia de perros y gatos