Como indica el mencionado artículo, al tirar de la cadena del escusado, las heces van por las tuberías y alcantarillas, y pueden desprenderse micropartículas portadoras de COVID-19, a las que llamaron ‘bioaerosoles’.
La investigación, que fue realizada en China, encontró que 9 personas se infectaron de coronavirus por esta vía a principios de año; los casos se registraron distintos pisos de un edificio ubicado en la ciudad de Guangzhou.
Con lo anterior comprobaron que las heces y la orina también son agentes portadores del virus y, cuando las tuberías están interconectadas o no hay buena ventilación en el baño, este se puede colar por las rejillas y afectar a las personas.
“Cuando alguno de los pacientes usó el retrete y tiró de la cadena, el desagüe de la bañera en el mismo cuarto de baño podría haber permitido a los ‘bioaerosoles’ portadores del virus volver a filtrarse en la estancia y en otras habitaciones conectadas con el sistema de drenado“, explica el documento mencionado.
Lo anterior fue comparado con un “efecto chimenea”, que se da cuando las partículas, en este caso de COVID-19, ascienden en distintas direcciones por una tubería que esté conectada.
Como se mencionó, en 2003, una sola persona contagió de SARS-CoV-1 a 321 vecinos de un conjunto residencial; 42 de ellos murieron. La ventilación del lugar no era buena.
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