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El ahorro de energía en electrodomésticos se ha consolidado como un pilar para los hogares interesados en optimizar tanto sus gastos mensuales como su impacto ambiental. Pese a sus beneficios, no siempre figura entre las prioridades al momento de cambiar estos equipos. De acuerdo con el Ministerio de Minas y Energía, la etiqueta de eficiencia energética—una certificación obligatoria presente en neveras, lavadoras, aires acondicionados y calentadores—es clave para orientar esta decisión. Este sistema, que utiliza letras de la A a la G junto con un código de colores para diferenciar los niveles de eficiencia, permite al consumidor identificar rápidamente los productos más convenientes desde el punto de vista del ahorro eléctrico y la protección ambiental, aportando a la lucha contra el cambio climático, una cuestión que va más allá de lo económico.
Para dimensionar la magnitud del impacto de estas etiquetas, un estudio del Lawrence Berkeley National Laboratory en Estados Unidos resalta que los electrodomésticos calificados con la letra A logran consumir entre un 30% y un 50% menos energía comparados con los de menor eficiencia. Este diferencial tiene un efecto directo en la reducción del costo a largo plazo del equipo, dado que el menor consumo eléctrico compensa, con creces, los precios iniciales en ocasiones superiores de los productos eficientes. Así lo corrobora la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que considera la implementación masiva de estos aparatos como una herramienta fundamental para cumplir los objetivos internacionales de reducción de emisiones contaminantes hacia 2030, especialmente relevante en países donde la demanda de energía crece a ritmos acelerados.
Desde la perspectiva del usuario, comprender lo que significa cada etiqueta y sus datos adicionales es determinante. Las etiquetas no solo muestran el consumo anual en kilovatios hora (kWh); también pueden reportar la capacidad del aparato y su nivel de ruido, proporcionando información útil para elegir el producto que mejor se ajusta a las necesidades familiares y evitar así gastos innecesarios. Sin embargo, según Consumer Reports, en muchas ocasiones los compradores priorizan el precio o la marca, dejando de lado estos detalles y, por ende, incrementando su gasto energético a largo plazo.
El impacto de la eficiencia energética excede el ámbito doméstico. Según el Banco Mundial, reducir la demanda eléctrica mediante electrodomésticos eficientes alivia la presión sobre las infraestructuras energéticas, evitando apagones y retrasando costosas expansiones de la red. Para los países, esto se traduce en sistemas eléctricos más robustos y resilientes, un factor decisivo ante el desafío climático global y la constante elevación de la demanda.




Adoptar electrodomésticos eficientes también responde a tendencias globales de consumo responsable y economía circular. De acuerdo con Greenpeace, el diseño pensado para la eficiencia y el reciclaje no solo reduce el gasto energético durante el uso, sino que disminuye el impacto ambiental en todas las etapas: desde la fabricación hasta la disposición final.
Así, la preferencia por electrodomésticos con buena calificación energética representa una elección estratégica que une beneficios financieros y un aporte concreto a la sostenibilidad ambiental, respaldada por normas claras y sistemas de etiquetas que buscan sensibilizar al consumidor.
¿Por qué las etiquetas de eficiencia energética emplean letras y colores?
El uso de letras y colores en las etiquetas de eficiencia energética responde a la necesidad de facilitar la comprensión y comparación entre productos para los consumidores. Este sistema permite que las personas identifiquen rápidamente los niveles de eficiencia de cada electrodoméstico, evitando confusiones técnicas o la interpretación de datos complejos.
La clasificación por letras, de la A a la G, junto con los colores que van del verde al rojo, ayuda a quien compra a visualizar, de manera intuitiva, qué productos consumen menos energía y son más amigables con el ambiente. Esto fomenta decisiones informadas y responsables al elegir equipos eléctricos para el hogar, como lo promueve la normativa del Ministerio de Minas y Energía mencionada en el texto.
¿Qué significa kilovatio hora (kWh) en las etiquetas?
El kilovatio hora (kWh) es la unidad que mide la cantidad de energía consumida por un aparato durante un periodo determinado, generalmente un año, como se especifica en las etiquetas energéticas de los electrodomésticos. Comprender este dato es esencial para estimar el impacto del equipo en la factura eléctrica mensual y compararlo con otras opciones disponibles.
Saber leer el consumo en kWh no solo permite identificar cuánto costará el uso del electrodoméstico a lo largo del tiempo, sino que también ayuda a proyectar el ahorro conseguido al optar por equipos de mayor eficiencia, un aspecto central en la lógica de reducción de costos y compromiso ambiental defendido en los informes citados.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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