Por: CENET

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Este artículo fue curado por pulzo   Sep 29, 2025 - 6:46 pm
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El proyecto de la nueva Ley Minera que el Gobierno Nacional está próximo a presentar ante las Comisiones Quintas del Senado y la Cámara en Colombia marca un hito en la transformación del marco legal minero del país. Este esfuerzo es el resultado de un extenso proceso participativo, en el cual se consultó a más de 20.000 personas —incluyendo 13.000 miembros de comunidades indígenas y diversas organizaciones afrocolombianas— con el objetivo de equilibrar el desarrollo minero, la gestión ambiental y la justicia social, además de avanzar en la transición energética, según el artículo original.

Los pilares centrales de la propuesta giran en torno a la zonificación del territorio nacional, la consolidación de derechos diferenciados para las comunidades étnicas y un enfoque claro en superar el modelo extractivista. La estrategia de zonificación busca definir tanto áreas aptas como excluidas de la minería, en respuesta a demandas de protección para lugares sensibles como ecosistemas marinos, costeros y yacimientos de carbón térmico. Este mecanismo, respaldado por la Agencia Nacional de Minería y organizaciones ambientales independientes, pretende evitar daños irreversibles a la biodiversidad y los recursos hídricos. No obstante, fuentes del Instituto de Estudios Ambientales de la Universidad Nacional advierten que su efectividad dependerá estrictamente de su aplicación y de una vigilancia activa por parte de la ciudadanía.

Otro punto destacable del proyecto es la inclusión de un régimen diferencial específicamente dirigido a comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas. En este caso, se contemplan derechos de prelación y la posibilidad de contratos especiales, en consonancia con el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que exige consultas y respeto por los derechos territoriales. Esta medida responde a reclamos históricos de autonomía y reconocimiento cultural, coincidiendo con lo señalado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

En el frente económico, se proponen ajustes sustanciales al sistema de regalías y a los mecanismos de transparencia, como la introducción de pagos sobre ganancias bursátiles. Tanto el Ministerio de Minas y Energía como Fedesarrollo destacan que esto contribuiría a una distribución más justa de los beneficios y a evitar fenómenos negativos frecuentes en economías dependientes de los recursos naturales.

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Respecto a la responsabilidad de las empresas mineras, el proyecto obliga a contar con licencia ambiental desde la fase exploratoria y apuesta por un cierre minero progresivo. Esta propuesta de control responde a observaciones de la Procuraduría General y de organizaciones como Dejusticia sobre la urgencia de reforzar la fiscalización. El régimen amplía las causas para revocar permisos, considerando daños al agua, la violación de derechos humanos y el uso de trabajo infantil, con el propósito de maximizar el rigor y el control social sobre la industria.

Además, una de las innovaciones sociales consiste en exigir que al menos la mitad de la mano de obra contratada provenga de las regiones impactadas, promoviendo así el desarrollo local, la transferencia de conocimiento y un tejido productivo más autosostenible. De acuerdo con experiencias internacionales citadas en el texto, este enfoque contribuye a aliviar tensiones sociales y genera un efecto positivo en el bienestar comunitario.

La presentación del proyecto ante el Congreso abre ahora una etapa de discusión decisiva, en la que tendrán que equilibrarse visiones económicas, sociales y ambientales. El proceso de diálogo amplio adelantado por el Ministerio de Minas y Energía es valorado por expertos y sectores sociales por su intención de construir consensos que permitan avanzar hacia la justicia ambiental y una transición energética acorde con el contexto global de crisis climática.

¿Por qué es importante la zonificación en la nueva Ley Minera? La zonificación representa un elemento central de la propuesta legislativa porque determina en qué áreas del territorio colombiano puede desarrollarse la minería y en cuáles está prohibida. Tal delimitación es relevante para proteger ecosistemas estratégicos y recursos hídricos, que suelen ser objeto de conflicto por actividades extractivas.

La definición clara de zonas excluidas y aptas, avalada por entidades como la Agencia Nacional de Minería y organizaciones ambientalistas, permite anticipar y prevenir posibles impactos negativos. Sin embargo, el éxito de la zonificación dependerá de la capacidad estatal para hacer cumplir las restricciones y la vigilancia de las comunidades involucradas en los territorios afectados.

¿En qué consiste el régimen diferencial para comunidades étnicas dentro del proyecto de ley? El régimen diferencial busca responder a las demandas históricas de las comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas, otorgando derechos de prelación y posibilidad de contratos especiales sobre proyectos mineros en sus territorios. Esto se fundamenta en la normativa internacional, como el Convenio 169 de la OIT, que obliga a consultar y respetar la autonomía y los derechos territoriales de estos pueblos.

La implementación de este régimen sería un avance significativo en el reconocimiento de la diversidad étnica y cultural en las políticas mineras, además de servir como mecanismo para reducir tensiones sociales y garantizar beneficios directos a quienes tradicionalmente han habitado o cuidado dichos territorios.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

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