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Escrito por:  Óskar Ortiz
Redactor     Ago 7, 2025 - 8:11 am

Detrás de muchos hechos violentos en la sociedad de Colombia, hay un enemigo en común que avanza con pasos sigilosos y que parece haberse normalizado, a pesar de su alta incidencia: se trata de la adicción a las drogas.

El promedio de edad en el país para comenzar el consumo de sustancias ilícitas es de 13,7 años, según datos del Ministerio de Justicia, que dejan en evidencia un problema que parece incómodo de hablar para muchos.

Lo cierto es que muchos colombianos han sido (o hemos sido) testigos directos de algún amigo o familiar en estado de adicción, por lo que resulta hipócrita pasar por alto el tema, mucho más se se tiene en cuenta que entre 2013 y 2022 se registraron 51.405 muertes relacionadas a ese mal hábito en el país.

Lejos del señalamiento por indolencia o de darse golpes de pecho, es clave sacudirse de las tabúes y la vergüenza que pueda existir en el núcleo cercano a una persona consumidora para actuar de manera asertiva. Es determinante asumirlo como un acto de independencia (justo en el marco del 7 de agosto).

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“Hay que decirle a esas familias que estén atravesando esta experiencia que no hay ningún motivo por el cual sentirse avergonzados de tener un ser querido en esta situación. Nadie quiere tener a alguien tan especial atravesando una enfermedad y una situación tan compleja. Es importante identificar que muchas de estas situaciones no fueron escogidas”, indicó el experto.

De hecho, el especialista planteó el peligro de que el estigma se convierta en parte peor del problema, al tiempo que presentó pasos que son claves para afrontar una realidad con múltiples factores que pudieron causarla. La respuesta nunca es una regla de tres y desde ahí el papel de los familiares es clave en el camino.

“Esta vergüenza pueda terminar convirtiéndose en algún tipo de rechazo, lo único que termina es agudizando y para quienes estén inmersos en situaciones de adicciones, es muy importante el acompañamiento familiar, es muy importante esa escucha activa y canales de comunicación, porque finalmente son ellos los que ayudan a identificar diferentes factores de riesgo ante la situación. Sentir vergüenza realmente no cabe y, al contrario, hay que afrontarlo con dignidad, con amor y entender para qué y por qué la experiencia está golpeando la puerta de su ser querido”, afirmó Gutiérrez.

 

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Publicado por Pulzo en Miércoles, 6 de agosto de 2025

¿Cómo debe actuar la familia de un adicto a drogas?

El primer paso dentro de la familia con un adicto a drogas es poner límites para cortar recompensar económicas o sobre estímulos que les permiten el consumo, además de que, en el caso de los padres, es determinante establecerse como figura de autoridad respetuosa y de apoyo a la vez.

Las normas dentro de los hogares son factores claves, al tiempo de mantener una buena comunicación, pues detrás de un paciente en esta dura realidad hubo un vacío que ahora se necesita llenar. Por esa razón, el psicólogo clínico de Semillas de Vida remarcó la urgencia de que los seres queridos también asuman un cambio dentro de esa dinámica.

“Necesitamos que sean familias sanas y para eso las familias también tienen que entrar al tratamiento de rehabilitación. Es fundamental que mientras el paciente se desintoxica del consumo de sustancias psicoactivas, se desintoxique de los comportamientos, de las emociones y de todos esos pensamientos que están estructurados desde, digamos, que la infancia y todas las experiencias de vida que entorpecen el tratamiento”, afirmó.

Parece importante aclarar que este tipo de acompañamientos se llevan a través de talleres explicativos (muchas veces virtuales) con expertos que ofrecen herramientas para que los familiares identifiquen cuáles se ajustan mejor a sus casos particulares. Lo contundente es que este no es un proceso individual para el paciente, sino que es algo en equipo.

En ese camino de acudir a ayuda profesional cuando se note que la persona llegó a un estado de difícil retorno, Gutiérrez se refirió a la mejor manera para abordar la conversación y no hacerlo bajo efectos de los alucinógenos haya un estado psicológico poco propicio.

“Es determinante que los cuidadores, los padres de familia y todos los que hacen ese acompañamiento no se cansen, que insistan, porque en determinado momento, esta condición le cuesta trabajo para tomar decisiones porque su cerebro y su lóbulo prefrontal está permeado por la sustancia”, explicó.

Un punto clave es identificar pronto las conductas de manipulación que lleven a cabo los pacientes en esa comunicación, pues precisamente ese ha sido uno de los grandes enemigos que llevaron a esa situación en la que antes no se establecieron límites claros. Cortar ese factor tóxico es prioritario ya que el engaño desemboca en retrocesos en general.

Los estigmas y la vergüenza deben pasar a un plano muy lejano en el momento en el que se identifique que un familiar o ser querido llegó a un punto abismal, que puede llevarlo a la muerte.

¿Cuándo un adicto a drogas necesita de atención urgente?

Un adicto a drogas o alcoholismo que necesita de ayuda inmediata de profesionales médicos se caracteriza por cambios que lo alejan de su mejor versión en ámbitos laborales y personales, lo cual se revela con sus comportamientos más básicos.

En el área laboral se empiezan a incumplir objetivos o a no tener un trabajo sólido, mientras que en lo afectivo empieza una etapa de aislamiento en la que se aleja de su familia para dedicarse a la adicción.

De hecho, el paciente emplea la mayor parte de su tiempo para la búsqueda de la sustancia que consume, de una microdosis que se convirtió en parte de su cotidianidad, que avanzó en silencio hasta convertirse en su prioridad.

“En ese sentido es donde vemos que la persona se termina deteriorando, que la persona, su proyecto de vida va en declive y que sus hábitos, por supuesto, también han terminado de una manera, digamos que muy complicada, que impide desarrollar las diferentes actividades de las cuales gozan cualquier otro ser humano”, aseveró Andrés Gutiérrez, de Semillas de Vida.

El psicólogo clínico lanzó una alerta porque en el caso de que no se aborde a tiempo este asunto, en medio de los estigmas y el rechazo, las consecuencias no solo pueden ser dolorosas sino también irreversibles.

“Primero, esto es un cáncer y se trata con expertos y especialistas. Se tiene que tratar en lugares idóneos y adecuados. Segundo, que se entienda que la drogadicción es una soga en el cuello y que en cualquier momento la puede tensionar hasta quitarse la vida. Decirle al padre de familia que debe acompañar a quitar esa soga en el cuello y no se puede quedar esperando a que esa soga se active, porque lo único cierto del consumo de sustancias psicoactivas, de redes sociales, de tusi, marihuana, del alcohol y de tantas adicciones que hoy emergen en la sociedad, es que todas ellas van a terminar matando, tarde que temprano, a la persona”, advirtió.

Esa persona feliz, ese niño sonriente, ese familiar que supo darle un abrazo a más de un colombiano que lea este texto se merece una oportunidad en la que cualquier ser querido es clave para sacarlo del lugar oscuro que lo convirtió en un sujeto irreconocible.

¿Cómo elegir un lugar seguro para tratar la drogadicción?

Andrés Gutiérrez, líder del centro de rehabilitación de adicciones Fundación Semillas de Vida, presentó recomendaciones para elegir un lugar, en medio de casos expuestos en ‘Séptimo día’ con sitios que maltratan a sus pacientes. Sin promocionar explícitamente su lugar, el experto dio ‘tips’ para ese proceso.

El especialista insistió en que se debe hacer un seguimiento al lugar, visitar los centros de rehabilitación y no tomar decisiones a la ligera. “Hemos visto que hay familias que son muy prácticas y todo lo quieren solucionar por teléfono, y por teléfono todo no se puede manejar”, aseguró.

Aconsejó a los seres queridos agendar cita, ir a conocer, indagar quién es el directivo, hace cuánto se fundó y si quieren hasta validar con documentos. También revisar que sean instituciones que ya lleven una antigüedad importante, que tengan una evidencia en los resultados importantes y que los puedan evidenciar hablando con las familias.

Además de que el lugar sea agradable, cómodo y acorde a lo que se está buscando, Gutiérrez reconoció que hay mucha clase de lugares, por lo que fue contundente sobre un asunto delicado: el dinero.

“Para acceder a un buen lugar, no se basen solo en ese aspecto y se vayan por el más económico porque hay que ser realistas y muchas personas no tienen claridad y piensan que las instituciones de rehabilitación son gratis y deben entender que hay una serie de servicios que demandan unos costos importantes a nivel económico”, aclaró.

El especialista reconoció que “ya está creada esa atmósfera de mal sabor que tienen lamentablemente estos lugares, sobre todo por culpa de personas que no están capacitadas y no son idóneas para manejar estos centros de rehabilitación, pues se aprovechan también la población adicta”.

Si usted es familiar de alguien que pasa por un proceso de drogadicción, tiene una papel invaluable para quitarle ese peso de encima, uno que la sociedad en Colombia trata de sacudirse a pesar de que haya quienes lo normalicen.

Así, en medio de un drama en la vida de muchos colombianos, aquel que lea esto no está solo: lejos de los estigmas y la vergüenza que se convierten en una enfermedad hay una luz sobre cómo esos seres queridos son (somos) un apoyo vital para que los adictos a las drogas y el alcohol salgan de ese hoyo mortal.

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