La patrullera de la Policía Nacional Andrea Cortés Guarín decidió revelar el drama que tuvo que afrontar luego de que le inyectaran biopolímeros en sus glúteos, y en sus redes sociales dijo que ya se los retiró.

“No les quería contar hasta que no saliera bien, para no preocupar a nadie”, aseguró.

La mujer, de 26 años, dijo que esa sustancia en su cuerpo es como llevar “una cárcel”, y por eso les envió un mensaje a las personas para que se abstengan de usarla.

“Uno a veces no se quita eso por miedo a que le quede la cola deforme o la cicatriz […] Hay muchas niñas que pasan por lo mismo”, advirtió.

La historia de la patrullera transgénero la había revelado El Tiempo hace unos meses, y allí confesó que esa decisión la tomó unos tres años atrás.

“Colocarme biopolímeros en la cola fue lo peor que pude haber hecho”, reconoció.

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Ahora, la primera policía trans de Colombia solo piensa en convertirse en una abanderada LGBTIQ para defender los derechos de esta comunidad, ya que se quitó un peso de encima por los biopolímeros.

Hay que recordar que a finales de 2020 Cortés se sometió a una cirugía en sus cuerdas vocales para cambiar su voz, por lo que viajó de Bogotá a Barranquilla para ponerse en manos del médico otorrinolaringólogo Antonio Ballestas.

Para ese momento, el profesional explicó en qué consistía el procedimiento médico.

“Le realizamos a Andrea una cirugía de feminización de la voz con la técnica de ‘glotoplastia de wendler’, que consiste en convertir una laringe masculina en una laringe femenina. Ahora sí va a haber concordancia entre su aspecto físico, que es de una mujer, y lo que ella piensa”, explicó el médico.

El Tiempo hizo una recopilación de la historia de esta mujer, en febrero de 2021, y de lo que enfrentó dentro de la institución cuando decidió hacer la transformación.